En noviembre de 1975 el Sáhara Occidental fue ocupado por la denominada Marcha Verde con 350.000 marroquíes, provocando que una parte de la población saharaui tuviera que huir y refugiarse en lo que hoy se conoce como los campamentos de refugiados de Tinduf en Argelia. Este año, 138 niños podrán disfrutar de unos meses de verano en Aragón gracias al proyecto de Vacaciones en Paz, que lleva en funcionamiento desde hace 40 años y que permite que niños, de entre 8 y 12 años, convivan durante estas semanas con familias aragonesas en unas condiciones muy diferentes a las que sufren en su país.

De los 138 niños que están viviendo durante unas semanas en Aragón, 91 ya tuvieron la oportunidad de venir en años anteriores ya que pueden repetir hasta los 12 años si tienen una salud óptima, edad que se puede subir hasta los 14 si padecen algún tipo de enfermedad.

PROGRAMA

Tras siete años siendo familia de acogida, la familia formada por Alejando, su mujer Laura, sus dos pequeñas y Bakina, la cual es una más desde hace dos años, disfrutan de este verano en la localidad de Santa Cilia, a 15 kilómetros de Jaca. Este entorno se ha convertido en el escenario perfecto para disfrutar de los meses estivales.

El límite de pasaportes colectivos que tienen que realizar este tipo de programas, solo admite niños de hasta 14 años, por lo que a partir de ahí tendrían que venir de manera individual, lo que se convierte en algo muy complicado en la mayoría de situaciones. Esto es lo que le ocurre al primer niño que Alejando y Laura acogieron durante cinco años. Actualmente él tiene 19 años y sigue manteniendo contacto con la pareja, los cuales aseguraron que «cuando crecen ven la situación que hay y son conscientes de la realidad, por eso lo pasan tan mal».

Durante estos meses una niña más llena su casa y explicaron que Bakina se ha convertido en la hermana mayor hasta el punto de pasar a ser su «ídola»: «Van detrás de ella como locas, la imitan, comen lo que come ella, se mueven como ella y hasta rezan a su lado» explicó Laura. Toda esta alegría desaparece cuando llegan los momentos de las despedidas y sobre todo cuando se dan cuenta de que la situación «está igual y el problema sigue enquistado».

Como destacó Sidahmed Darbal, delegado saharaui en Aragón, son niños que viven una situación muy «delicada» debido a que llevan 45 años luchando para volver a su tierra, ocupada por Marruecos. Desde el año 1991 Naciones Unidas tiene un Programa de Paz para intentar llevar a cabo un referéndum de autodeterminación, algo que no llega a conseguirse, lo que produce que estos niños sigan siendo «víctimas de este conflicto». Darbal deseó que esta situación se resuelva lo antes posible: «Ellos nacieron ahí, sus padres también pero esperemos que ellos no tenga hijos ahí ni hermanos más pequeños naciendo en los campamentos».

Este proyecto, que está subvencionado en gran parte por el Gobierno de Aragón, da la oportunidad a niños muy pequeños de salir de unas condiciones muy duras en los campamentos de refugiados donde viven y darles así una oportunidad de poder acceder a una atención sanitaria primaria y de conocer un mundo diferente al que ellos han podido vivir hasta el momento en los campamentos de refugiados. «Todos los niños escolarizados tienen derecho a venir» explicó el delegado saharaui, el problema surgió después de la crisis económica sufrida en España. Anteriormente venían 10.000 niños con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años. Después se fue reduciendo el número de niños hasta que ahora llegan 4.500 saharauis.