El 42 % de los ejemplares de la almeja de río Margaritifera auricularia o margaritona del 48 % que se han localizado tras su traslado al río Ebro desde los canales Imperial y de Tauste están vivos y será necesario esperar al menos dos años para saber cuántas de las náyades traslocadas aún pueden detectarse y cuántas se adaptan al nuevo emplazamiento.

El motivo es que el 52 % de las almejas que se trasladaron no se ha localizado, debido a que o los bivalvos liberados siguen vivos en el lugar de liberación pero totalmente enterrados, por lo que no se pueden detectar en una prospección convencional; o han sido arrastrados por la corriente y se encuentran distribuidos aguas abajo, ya sea vivos o muertos.

Así lo explica el Gobierno de Aragón en una nota de prensa con motivo de la revisión que se ha llevado a cabo este verano de las localidades donde se realizaron traslados de ejemplares un año después de la intervención, motivada por la alta mortalidad de ejemplares adultos registrada en dichos canales desde el año 2013, que ha acabado con aproximadamente el 60 % de la especie en ese ámbito.

La margaritona es una de las siete especies en peligro crítico de extinción en España, por lo que Aragón cuenta con un Plan de Recuperación de la especie desde 2005 en el marco del cual se redactó un plan de traslocación que entre varias medidas proponía el traslado de parte de los ejemplares que aún sobreviven en el Canal Imperial al río Ebro, e incluso a otros ríos de la cuenca.

Este plan fue sometido a la revisión de más de una docena de especialistas de toda España, de Portugal y de Francia, así como a la opinión y debate de los distintos gestores, estudiosos y personal interesado en la especie.

El verano pasado se caracterizaron los parámetros fisicoquímicos de diversas localidades en la ribera alta del río Ebro a su paso por Aragón en busca de las mejores condiciones de hábitat para la margaritona y se seleccionaron tres áreas, todas ellas con presencia anterior de la almeja.

En dos de estas zonas los ejemplares trasladados se han instalado muy cerca de puntos donde previamente había ejemplares originarios de la zona ya que la presencia previa de náyades en buen estado era uno de los criterios de selección porque garantiza en parte que el lugar reúne buenas condiciones para la vida de este bivalvo.

En septiembre se traslocaron un total de 289 ejemplares, que se repartieron en las tres localidades seleccionadas, de los que se han localizado el 48 % y vivos el 42 %.

Los trabajos de revisión han permitido constatar que la fuerte crecida del Ebro de la pasada primavera ha tenido mucha influencia en dos de las tres áreas, donde se produjo un arrastre muy intenso de los sedimentos, que se ha llevado consigo tanto a las almejas autóctonas como a la vegetación sumergida presente en la zona (macrófitos), y, de forma muy importante, a individuos de almeja asiática (Corbicula fluminea), una de las principales causas de la mortalidad que sufre la margaritona y que ocupa con mucha intensidad buena parte de los lechos de los canales de riego y del propio río.

No obstante, los trabajos de seguimiento han constatado que ha sobrevivido una buena parte de los ejemples incluidos en el programa de traslocaciones, un número "muy superior" a las estimaciones inicialmente calculadas y cifraban en torno al 70 % la mortalidad esperable para los ejemplares traslocados.

Para sacar conclusiones definitivas será necesario esperar dos años durante los cuales se prevén más traslados a nuevos lugares del río Ebro con un protocolo similar al desarrollado hasta ahora, y esperando que las condiciones del río en los próximos años sean más favorables y con el fin de salvar parte de los ejemplares que aún sobreviven en el Canal Imperial, concluyen las citadas fuentes.