dejó el incendio de la discoteca Flying de Zaragoza la noche del 14 de enero de 1.990. Un fuego de origen eléctrico derrumbó parte del techo sobre la salida de la planta sótano, sin que el encargado del local, Faustino Martínez, diera la voz de alarma, por lo que fue condenado por una falta de imprudencia. Los asistentes no pudieron salir y perecieron asfixiados. El dueño del local, Francisco Lacruz, fue condenado a dos años de cárcel por insolvencia punible y los afectados apenas cobraron.