Dos terceras partes de los 300.000 edificios que existen en Aragón requieren de una rehabilitación para que sean eficientes energéticamente en el futuro. Se trata de una de las primeras conclusiones que se extraen de la reunión que ayer mantuvieron responsables del Ejecutivo autonómico y del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Aragón.

El encuentro, en el que también participó la empresa Zesis, sirvió para sellar un protocolo de acciones, de información y difusión, encaminadas a que todos los edificios sean de consumo energético casi nulo (EECN) a partir del 31 de diciembre del 2020. Otro de los objetivos del protocolo es informar sobre las necesidades técnicas para que las viviendas sean accesibles, según apuntó ayer el Gobierno de Aragón en un comunicado.

La Feria Vivienda Fusión, que se celebra este fin de semana en Zaragoza, será el primer foro en el que se ofrezca información sobre las características técnicas necesarias para edificar este tipo de viviendas y sobre el marco jurídico actual en esta materia.

HACIA UNA NUEVA CULTURA

El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, recordó que el convenio responde a la «necesidad absolutamente imperiosa» de crear «una nueva cultura en la forma de habitar, de ocupar el espacio», que pasa por la eficiencia energética. «Es una obligación moral desde el punto de vista ambiental y de la salud de las personas, puesto que se calcula que el 40% de la contaminación procede de la demanda energética de los edificios», aseguró Soro.

Con este acuerdo se pretende impulsar esa rehabilitación, poner en valor el parque edificado, regenerar los municipios y las ciudades, generar una importante actividad económica y lograr la accesibilidad universal. «Debe ser un trabajo conjunto de las administraciones y del sector privado», puntualizó el consejero de Vertebración del Territorio.

Entre las principales cuestiones a rehabilitar, el presidente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza, Víctor Martos, consideró que hay que centrarse en la envolvente térmica, nuevas fachadas, cambiar las ventanas o sistemas de calefacción. «Habrá que mirar y estudiar cada edificio y ver qué se puede aportar», comentó.

Desde el Colegio se tiene en cuenta que los ciudadanos pueden ser reacios a estos cambios por una cuestión económica, por lo que han puesto de manifiesto la importancia de explicar adecuadamente las reformas y sus beneficios. «Nuestra misión es acercarnos al ciudadano, que comprenda que debe rehabilitar. Para eso se necesita la ayuda de las administraciones. Deben apoyar en subvenciones o fiscalidad», recalcó Martos.

Soro apuntó que «el coste de la energía consumida al año en cada vivienda empieza a acercarse mucho al de la hipoteca correspondiente a su compra».