«Jueves Lardero, longaniza en el puchero» es la frase que más se escuchó el pasado jueves en la larga fila de personas que esperaban su bocadillo de longaniza con motivo de la celebración de esta tradición, preludio del Carnaval. Una tradición aragonesa con un fuerte arraigo en nuestra tierra y a la que acudieron multitud de zaragozanos ayer por la tarde. Entre ellos, tampoco falló a la cita el Conde del Salchichón, uno de los ilustres personajes del Carnaval en la capital aragonesa.

La fiesta, que arrancó puntual en la plaza Miguel Merino a las 18:30h, se preparó horas antes gracias a la organización, integrada por el Ayuntamiento de Zaragoza, la Unión Peñista y la Federación de Interpeñas, cuya presidenta, Eva Cerdán, comentó que este día «es un orgullo, trabajar para tu ciudad y ver la cara de alegría de la gente compensa el trabajo».

El voluntariado lo representaron 14 agrupaciones de Interpeñas y 12 de Unión Peñista. «Seguimos esta tradición desde que se inició», asegura Carlos Sanz, presidente de la Peña Delicias.

Entre otros grupos, se encontraba además la Peña Los 5.000, cuya presidenta Nuria Gracia, hizo hincapié en el esfuerzo que supone celebrar esta jornada.

También se contó con la Policía Local, integrantes de Protección Civil, de Cruz Roja y del cuerpo municipal de voluntarios, que controlaban una fila sin fin, que rodeaba el Auditorio. «Estamos aquí para que todo se desarrolle con normalidad y la gente disfrute», explicó Jorge Muñoz, miembro de Protección Civil.

Un grupo de amigas que practican baile en línea se reunieron para disfrutar de una rica merienda. «El bocadillo está tan bueno que vamos a volver a por otro», aseguró una de ellas.

Además, muchas familias aprovechaban un jueves de tiempo primaveral para acercarse a merendar y jugar con los cabezudos. «Hemos ido a recoger a nuestra hija al colegio de aquí al lado y nos hemos acercado. Es el primer año y hemos venido porque me lo habían recomendado», comentaba uno de los asistentes.

Los celíacos también tuvieron cabida en esta fiesta. «Es otra de nuestras reivindicaciones más extendidas, poder participar en todos los actos que se celebran en la ciudad, y si son relacionados con la comida, más todavía. Porque el pan siempre ha sido nuestro problema, pero ahora que ya tenemos pan artesano, muy bueno y sin gluten, aprovechamos. Llevamos participando, al menos, seis o siete años», explicó Ramón Moraza, presidente de la Asociación Celíaca Aragonesa.

En Zaragoza, la multitudinaria celebración continuó con la verbena a cargo de la orquesta Mazinger. En otros puntos de la comunidad también se repartió longaniza aragonesa, como es el caso de colegios e institutos. Huesca degustó productos típicos en esta fiesta en la que repartieron hasta 100 kilos de longaniza y 25 de chorizo. Un buen sabor de boca que estuvo acompañado de la animación de Los Gaiteros de Tierra Plana. En la Comarca del Bajo Aragón, el Jueves Lardero se conoce también como el Choricé o el Choricer y en otras localidades como Calatayud, se le denomina el Palmo, porque constituía una merienda campestre con productos derivados del cerdo.