Más de 7.800 personas siguieron este año por Internet la Procesión del Santo Entierro en Zaragoza, cuyo reclamo produjo un nuevo repunte en la afluencia de visitantes a la ciudad del Ebro, según las últimas estimaciones del Patronato de Turismo. Mientras las cofradías hacían ayer balance de la Pasión en la capital, otras muchas se zambullían en el último coletazo de esta tradición. Así, el Lunes de Pascua se dejó sentir en numerosas localidades con sus monas y sus peregrinaciones.

"Esta experiencia piloto en Internet ha resultado muy satisfactoria, con lo cual la mantendremos para los próximos años" , explicó ayer el concejal de Turismo de Zaragoza, Fernando Arcega, que destacó la importancia que ha alcanzado la Semana Santa en la ciudad.

"También, en cuando a testigos presenciales de la procesión del Santo Entierro hubo un aumento respecto al año anterior", explicó Pedro Hernández, presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Zaragoza, que abogó porque el seguimiento mediante webcams se amplíe el año que viene a otras procesiones, "porque es una forma estupenda de difundir la Semana Santa".

Precisamente, el salto a Internet es uno de los próximos proyectos de la Junta de Hermandades de Teruel. En esta ciudad, el tiempo no acompañó mucho este año e incluso la lluvia obligó a suspender la procesión del Jueves Santo. "Aparte de la gente de aquí, cada año viene más gente a ver la Semana Santa y a partir del jueves la afluencia fue muy importante", explicó José Manuel Muñoz, presidente de la Junta, que agrupa a las ocho hermandades de la ciudad.

Los cofrades turolenses estuvieron además de enhorabuena en el esta edición de la Pasión que les permitió estrenar dos nuevas procesiones: la de la Buena Esperanza de Jesús Atado a la Columna, el martes por la noche, y la del Cristo Resucitado del Domingo.

LUNES DE PASCUA Mientras, numerosas localidades rindieron honor a la tradición de un Lunes de Pascua que fue festivo en muchos puntos de Aragón. En Quinto, era obligada la peregrinación a la ermita de la Virgen de Bonastre (hoy se repite con destino a la de Matamala), donde la tradición manda que los quintos que cumplen 65 años lleven a la imagen en procesión. La devoción fue recuperada hace unos años, ya que hasta hace poco se introducía la Virgen en una furgoneta y se llevaba directamente al santuario.

Con distintos matices, la Pascua llenó también de sabor Cariñena, Villel, Bronchales, La Ginegrosa, Monroyo, La Codoñera, Alcalá de la Selva, Aguilón y Oliete, donde la ermita de San Pedro es el punto de reunión. Las monas fueron las protagonistas de un lunes de Pascua que, salvo en Teruel capital (que hoy celebra su sermón de las tortillas, pone fin a la Semana Santa de Aragón.