El 73% de los aragoneses con edades comprendidas entre los 35 y los 65 años han tenido dolor articular en el último año. Por sexos, son las mujeres los que más lo padecen (86%), con una diferencia considerable respecto los hombres que declaran haber tenido este problema (60%). La mayor parte de la población padece dolor leve (74%), que se define por hacer vida normal pero con episodios de poco dolor y esporádico, asociado a determinados movimientos. Así lo refleja un estudio sobre salud articular elaborado por Vanir, marca especializada en complementos alimenticios perteneciente al laboratorio estadounidense Opko Health, en colaboración con la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI). De este se desprende que un 14% de la población aragonesa ve bastante afectada directamente su calidad de vida a causa de estos dolores articulares.

Además, cerca del 29% de la población ha visto afectada su vida laboral a causa del dolor articular y declaran un menor rendimiento en el trabajo. En concreto, el 21% afirma haber solicitado días libres o baja laboral por ello: un 33% en hombres y un 8% en el caso de las mujeres.

MÁS GRAVEDAD EN ARAGÓN

Además, un 19% de los afectados ha tenido que solicitar ayuda o contratar servicios para las tareas domésticas debido a su dolor articular. Aragón se convierte así en una de las comunidades estudiadas donde se sufre mayor gravedad de esta dolencia.

Las articulaciones de la columna vertebral son las que más se resienten (43%), especialmente en hombres (44%). A estas le siguen las rodillas (37%), y en tercer lugar, la cadera (28%).

En concreto, este tipo de dolor está estrechamente relacionado con dolencias como la artrosis, una enfermedad que afecta a más de 242 millones de personas de todo el mundo. «Los síntomas de la artrosis suelen ser progresivos y dilatados en el tiempo. En un primer estadio aparece el dolor asociado al movimiento y al esfuerzo al que se somete la articulación, aunque en esta primera fase el dolor cesa con el reposo. En un segundo estadio el agravamiento de la artrosis hace que el dolor aparezca tras el reposo y el ejercicio, por lo que el malestar es más continuado y prácticamente constante», comenta Josep Vergés, presidente de la Fundación.