El desmantelamiento de la térmica de Andorra ha comenzado. Siete meses después del cierre de la central de carbón, Endesa dio este jueves el pistoletazo de salida oficial a unos trabajos que se prolongarán durante cuatro años (48 meses) y que darán empleo a 140 trabajadores de media. Las obras tienen un presupuesto de 60 millones y supondrán la desaparición de un icono industrial de la provincia, una instalación energética que ha sido el pilar económico y laboral de la antigua localidad minera y de su entorno desde que se puso en marcha hace casi 42 años. Del negro de las 15.000 toneladas de mineral que consumía al día se pasará al verde, con la próxima construcción en estos mismos terrenos de dos grandes plantas fotovoltaicas de 130 megavatios (MW), que forma parte del macroproyecto renovable de 1.725 MW que la eléctrica quiere desarrollar en la zona.

«Hemos trabajado el proyecto para generar ingresos y actividad económica en la zona», aseguró ayer el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, durante la presentación in situ del plan de desmantelamiento junto al jefe de proyecto de Ingeniería y Construcción de Endesa Generación, José Luis Villabrille. La eléctrica estima que creará 200 empleos fijos en la fase de operación y mantenimiento del conjunto de instalaciones renovables que promueve en este enclave turolense, que se verán complementadas con una instalación de almacenamiento de energía de 160 MW y una planta de producción de hidrógeno verde de 60 MW.

No obstante, una parte importante de estas inversiones, que superan en su conjunto los 1.700 millones de euros, depende de que la eléctrica consiga adjudicarse la capacidad de evacuación de la térmica andorrana, que el Gobierno de España sacará a subasta este año, aunque Endesa parece a priori el mejor postor por la envergadura de sus iniciativas. En el caso del hidrógeno, el proyecto está supeditado a que logre captar parte de los 1.500 millones que el Estado invertirá para el desarrollo de este combustible limpio como parte del Plan de Recuperación europeo. No están condicionados a ningún elemento externo 285 de los 1.585 megas fotovoltaicos que se han previsto, además de 140 de eólica y 54,3 del almacenamiento.

Empleo local en las obras

El proceso se ha iniciado en el antiguo parque de carbones, donde ayer ya trabajaba una máquina de corte de gran capacidad. Esta primera actuación consiste en la demolición y desmantelamiento de los equipos que se utilizaban para la descarga, almacenamiento, homogeneización y transporte de carbones hasta la zona de molinos de las calderas. Durante los años de funcionamiento de la central, para la realización de estas labores, se utilizaban máquinas recogedoras, apiladoras, cribas, cintas y estructuras que ahora serán desmontadas. Los trabajos en esta parte tendrán una duración estimada de ocho meses. Cuando finalicen se realizará un exhaustivo análisis del estado de suelos y se pondrán en marcha las correspondientes acciones correctivas en los puntos donde proceda.

Con esto se cumpliría el objetivo de dejar libre y acondicionada esta zona para comenzar en la primavera del 2022 la construcción de uno de los parques fotovoltaicos incluido en la segunda fase del plan Futur-e de Endesa. Esta tendrá una potencia de 70 megavatios, que se sumarán a los 50 de la otra planta solar que se instalará en los terrenos de central, la de Sedeis, cuyas obras se prevén iniciar en el segundo semestre de este año con el objetivo de que empeiza a funcionar a principios del 2021. Ambos proyectos son de los que están al margen de la citada subasta de potencia.

El desmantelamiento fue adjudicado por Endesa a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Moncobra —filial de Cobra, la cabecera del subholding industrial del grupo presidido por Florentino Pérez— y Rebilita Habilita, una constructora madrileña especializada en este tipo de trabajos de demolición industrial. Por ahora hay trabajando 50 personas, de las que 35 son de la zona, pero las obras se acelerarán en poco tiempo hasta alcanzar los 75 empleos al finales de marzo y más de 100 a partir de junio.

«Nuestro compromiso es tener en cuenta el empleo local y las personas que trabajaban en las contratas de la central», garantizó Montaner, que pidió algo paciencia hasta que se materialicen el grueso de las contrataciones ya que hace menos de un mes que se concedió el permiso de obras. El compromiso de la empresa es que el 80% de los trabajadores que participarán en las labores sean de Andorra y de localidades próximas.

Respuesta a Teruel Existe

Sobre la demanda de Teruel Existe de conservar la central como recurso turístico, Montaner puso en duda la viabilidad técnica de esa propuesta al tratarse de instalaciones diseñadas para 40 años de vida útil, que si se dejan de usar «se degradan más rápidamente». Para Endesa, recalcó la prioridad es generar «riqueza y empleo» a través de los proyectos renovables planteados.

De forma paralela a las obras en el parque de carbones, se están preparando los trabajos en el interior de las torres de refrigeración, que comenzarán en abril y que consistirán básicamente en la retirada de elementos internos, como trabajo previo a la demolición de las estructuras.

A lo largo del mes de mayo está previsto comenzar en la zona de calderas y turbinas, donde se realizarán trabajos preliminares de retirada del aislamiento de tuberías de agua y vapor de los procesos. La duración de estos trabajos será de unos 15 meses. Conforme avancen estas labores, se empezarán a liberar zonas para desmantelar los equipos, una vez confirmada su limpieza y segura manipulación. Todos los materiales y equipos se desguazarán y se transportarán como residuos valorizables para su reutilización. En el segundo semestre se acometerá el desmantelamiento de la planta de desulfuración de gases.

Desde el 30 de junio del 2020, fecha en que se autorizó el cierre de la central térmica, se han venido realizando una serie de trabajos preliminares dentro del proceso denominado 'phase out' (desconexión progresiva), que consiste en ir apagando todos los sistemas de la planta. Debido a la magnitud de la instalación, la duración de estas faenas, que se han prolongado durante varias semanas, finalizará el próximo mes de marzo. Estas labores son de gran importancia para comenzar de modo adecuado y en condiciones absolutas de seguridad los procesos de demolición y desmantelamiento.

Desde el punto de vista técnico suponen la desenergización de los sistemas eléctricos, vaciado de tuberías de proceso, desconexiones de todos los equipos, adaptaciones de las instalaciones para el período de tiempo de la demolición y puesta en seguridad de los sistemas, de modo que se minimicen los riesgos.