Un total de 85 trabajadores de la empresa Pasionhair, que gestionaba la mayor parte de las peluquerías Marco Aldany de Zaragoza en régimen de franquicia, se han ido a la calle por la quiebra de la empresa, lo que ha supuesto el cierre de 10 peluquerías de esta conocida cadena en los últimos meses.

La empresa se declaró en suspensión en concurso de acreedores a principios de año al no poder hacer frente a sus deudas, que ascienden a un montante que ronda el medio millón de euros. Ante la inviabilidad del negocio, la administración concursal presentó un ERE para la extinción de la toda la plantilla.

Los problemas de la empresa eran anteriores a la crisis desatada por el coronavirus, aunque la pandemia agravó la situación. A principios de año, Pasionhair ya clausuró la peluquería que tenía en el centro comercial Augusta y a finales de junio bajó la persiana de otra en María Zambrano.

El despido colectivo ha generó gran inquietud en los trabajadores, la mayoría mujeres, que carecen de comité de empresa pero han sido asesorados por CCOO. La negociación del ERE tuvo un escaso recorrido ante la falta de fondos y patrimonio de la firma. El acuerdo del ERE se cerró a mediados del pasado mes de julio.

Como suele ocurrir en los casos de concursos de acreedores, los afectados han tenido que recurrir al erario público, través del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), para cobrar las indemnizaciones por despidos, los finiquitos y la nómina de julio que se debe a parte de los extrabajadores.

Marco Aldany cuenta con tres salones propios que tiene en Zaragoza -incluida una escuela de peluquería- y media docena de peluquerías gestionadas por otros cuatro franquiciados.