En números redondos, en Zaragoza hay 4.100 bares, 880 restaurantes y 470 cafeterías, además de 220 hoteles y alojamientos. Es un decir lo de hay. Hoy es había porque los datos son de marzo. Desde entonces, a muchos se los ha llevado la pandemia y tros lo han intentado pero han acabado reblando. Quedan los que aguantan pero ven el futuro negro. Las cifras que maneja la propia hostelería dan escalofríos. Una encuesta elaborada por la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia entre sus asociados (unos mil) revela que las nuevas restricciones han obligado a cerrar el 21% de los establecimientos que ya habían abierto y que cuatro de cada 10 se están planteando el cierre definitivo. Extrapolando sus cifras al conjunto de la provincia, habría que calcular el impacto en la muerte de más de 2.200 negocios.

La Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia ya lleva semanas alertando de la crítica situación que vive el sector hostelero en la provincia, que se ha visto agravada por el retroceso a la fase 2 flexibilizada y las nuevas restricciones impuestas a los establecimientos hace una semana. Pero ahora las sensaciones se respaldan con los demoledores datos que esta entidad ha obtenido de una encuesta elaborada entre sus asociados, bares, restaurantes, cafeterías y pubs de toda la provincia. Mientras la gran mayoría de los establecimientos ya había vuelto a abrir sus puertas, un 21% ha tenido que dar marcha atrás, ya sea por falta de rentabilidad (debido a la prohibición de consumo en barra y reducción de aforos, unidos al descenso del consumo) o directamente por obligación, como ocurre con el ocio nocturno, y cerrar de nuevo sus puertas.

«No lo comprendemos. Estamos en una fase 2 flexibilizada para todos menos para la hostelería. No vemos que suceda lo mismo en centros comerciales u otros sitios. Sin embargo, a nosotros nos han vuelto a dar un nuevo palo», explica Luis Femia, gerente de la asociación, que piensa que los bares «están muertos por el estado de opinión que se ha creado» en los últimos días, lo cual reprochan directamente a las instituciones: «No sabemos si van a mirar hacia otro lado o van a tomar medidas. En el momento actual la prioridad es salvar los negocios, no microcréditos de 5.000 o 10.000 euros -se refiere a los que está ofreciendo ahora el ayuntamiento- que pueden dar justo para un mes. Es hora de hablar de medidas más transversales. Ya sabemos que la situación de los Gobiernos no es buena, pero ellos no van a cerrar por muy mal que estén y los negocios sí».

Desde Cafés y Bares se pide que cambien «el tono alarmista» de las instituciones. «Hay que concienciarse, está claro, pero evitar también el discurso del miedo. Luego es muy difícil revertir ese mensaje», remata Femia.

Según la encuesta, la situación del sector previa al cambio de fase ya era muy preocupante, ya que solo un 45% de los empresarios asegura que su negocio era rentable en la nueva normalidad. Con las restricciones de la fase 2 flexibilizada, hasta un 95% indica que ahora mismo están perdiendo dinero. Esto se traduce en que un 84% de los encuestados ha tenido o va a tener que volver a recurrir a un Erte, mientras que un 40% se plantea cerrar definitivamente.

De hecho, un 18% cree que en la situación actual solo podrían seguir abiertos durante un mes o menos, un 45% cree que tendría que bajar la persiana en menos de 3 meses y un 30% aguantaría, como máximo un año. Tan solo un 7% tendría capacidad para aguantar en esta situación de forma indefinida.

Antes del anuncio de vuelta a la fase 2 (flexibilizada), un 38% había visto reducida su facturación un 20%, un 39% casi la mitad y un 24% más de un 60%. Tras el cambio de fase, un 86% ha visto reducida su facturación casi a la mitad.