Una campaña de control de información en el etiquetado de los alimentos, realizada durante el 2018 en Aragón, dejó como resultado que este fue correcto en el 99% de los casos.

Durante las inspecciones, la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios examinó 58 productos, cuyas muestran fueron tomadas en 15 establecimientos distintos. Las únicas irregularidades detectadas, según informó ayer la DGA, afectaban a la información nutricional, concretamente, a las afirmaciones que dan a entender que el producto presenta unas propiedades relacionadas con el aporte energético o la presencia o ausencia de nutrientes o sustancias. En este sentido, solamente se deben incorporar aquellas declaraciones nutricionales que aparezcan en el listado de autorizadas y que cumplan con las exigencias establecidas.

Por ejemplo, solo se puede indicar «valor energético reducido» si es igual o superior al 30% respecto a otro producto similar o la descripción de «sin azúcares» si contiene menos de 0,5 gramos por cada 100 gramos o miligramos. Las declaraciones nutricionales fueron correctas en un 93,48% de los casos y en todos los productos analizados la declaración de alérgenos estaba presente, aunque en un supuesto se omitía el origen de las grasas o aceites presentes en el producto.

Desde el Gobierno de Aragón recordaron que la información básica obligatoria que debe aparecer en el etiquetado «comprende la denominación del producto, identificación del responsable, la lista de ingredientes o el lote, entre otros». Además, la información de alérgenos puede incluirse en la propia identificación del producto o destacarse en el listado de ingredientes, con el uso de la expresión «contiene». Recientemente se ha sumado la obligación de informar sobre el origen de las grasas que contiene cada producto alimentario.

Respecto a la información nutricional, la mayoría de los alimentos que han sufrido algún tipo de transformación tienen la obligación de informar en su etiquetado sobre su valor energético, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. Las declaraciones nutricionales podrán aparecer en el etiquetado, la presentación o la publicidad de los alimentos, pero no de forma ambigua.