«Todo lo que se puede cerrar, se puede abrir», resume José Luis García de Vicuña, vicepresidente de la asociación de empresarios de cerrajería Uces, rompiendo el mito de la puerta inexpugnable. En la operación policial que esta semana desmanteló un grupo de activos ladrones, el inspector del grupo de Robos, Fernando Sánchez, destacaba que su habilidad les había permitido abrir incluso cerraduras que hasta ahora creían infranqueables. Para el cerrajero, ninguna es imposible, pero desde luego conviene ponérselo lo más difícil posible a los ladrones.
«Hay que intentar que el que vaya a entrar tarde el mayor tiempo posible en abrir la cerradura, lo que nosotros llamamos darle minutos a la puerta», explicaba. Esto no solo permite, hipotéticamente, que el ladrón sea sorprendido en plena apertura o tenga que hacer más ruido, sino que es un sistema disuasorio para que, si ve otra cerradura más sencilla, opte por ella.
El cerrajero explica, sin entrar en muchos detalles por seguridad, que cualquier cerradura se puede forzar si previamente se ha analizado su estructura y funcionamiento. Eso es precisamente lo que estaba haciendo el líder de la banda de ladrones cuando la Policía irrumpió en su piso de Delicias para arrestarle, practicando con los distintos tipos de cerrajas para diseñar las ganzúas correctas para cada una.
El 80% obsoletas
El empresario afirma que, por los cálculos de la asociación, «el 80% de las cerraduras del país están obsoletas», en el sentido de que son realmente fáciles de abrir. No es necesario, opina, una gran inversión para renovarlas, o cuanto menos colocar una segunda por aquello de la disuasión.
Sin llegar a eso, el cerrajero reitera los consejos de seguridad básicos para evitar los robos, más aún en verano. Lo fundamental, cerrar siempre dándole vuelta a la llave, no simplemente de golpe, porque la apertura es bastante fácil de esta manera. En ausencias largas, conviene encargar recoger el correo a alguien y no dar publicidad a las vacaciones, para evitar dar pistas a los ladrones de pisos.
