Un vecino de Andorra fue abatido este lunes por un agente de la Guardia Civil al que previamente atacó, aunque no consiguió herirle. El fallecido, Joel G. B. y de 30 años, sufrió, al parecer, un brote de esquizofrenia previo.

El suceso se inició antes de las 17.00 horas cuando, según fuentes consultadas por este diario, el joven despertó a su padre de la siesta con un destornillador en el cuello. Ahí comenzó una discusión con el resto de miembros de la familia que trataron de tranquilizarlo, pero su agresividad fue a más hasta el punto de llegar a coger un cuchillo de grandes dimensiones. Con él amenazó a todos los miembros.

Ante ello, la madre de Joel G. B. decidió pedir ayuda y llamó al 112 SOS Aragón, que inmediatamente lo comunicó a los sanitarios del centro de salud de la localidad turolense y al puesto de la Guardia Civil situado en el municipio, que se desplazaron hasta la vivienda familiar, situada en la calle Fuente Baja, en el casco urbano de la localidad.

Estuvieron unas dos horas intentando calmar al joven, que se encontraba en una actitud muy agresiva, según fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel. En un momento dado, con un cuchillo en una mano y el destornillador en otra, el joven se lanzó hacia los agentes. Dos lo esquivaron, un tercero lo repelió con un escudo de plástico empleado por los antidisturbios y se le tiró encima del cuarto a quien llegó a hacer varios cortes en la chaqueta. Ante ello, este agente reaccionó con su arma reglamentaria.

Los sanitarios intentaron reanimar al joven durante alrededor de una hora pero finalmente no pudieron hacer nada por salvar su vida. Uno de sus hermanos resultó también herido y tuvo que ser trasladado al hospital de Alcañiz. Una de las balas le rozó la rodilla y se le quedó de forma superficial en la pierna. Antes de ser trasladado a dicho centro sanitario fue asistido por los facultativos del ambulatorio, si bien consideraron que era necesario realizar una serie de pruebas para descartar lesiones más graves.

Paralelamente, hasta el lugar se trasladó una comisión judicial para el levantamiento del cadáver y para recabar todas las pruebas necesarias de cara a la posterior investigación que se llevará a cabo en el juzgado de Alcañiz. El agente que abatió a Joel G. B., se mostró muy afectado tras los hechos, según las fuentes consultadas.

Desde la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel destacaron que el chaleco «salvó la vida» al miembro del instituto armado.

El alcalde de Andorra, Antonio Amador, se desplazó hasta el lugar de los hechos para interesarse tanto por la familia del fallecido como por el agente. «Estamos muy conmocionados, es una historia muy triste», señaló el regidor andorrano, quien declinó hacer valoraciones ni entrar en detalles «porque una investigación judicial será la que dictamine lo ocurrido. Es todavía pronto». Joel G. B. habría protagonizado otros incidentes previos, si bien nunca con la agresividad de lo ocurrido hasta ayer en la vivienda familiar.

Cuarto incidente violento en tres años

La localidad turolense de Andorra lleva ya, con el de ayer, cuatro episodios violentos vividos en el escaso margen de tres años que han sobresaltado y conmocionado a sus habitantes. Con evidentes diferencias entre ellos, quizá el más conocido sea el del asesinato de dos guardias civiles, Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero, y un vecino del municipio, el ganadero José Luis Iranzo, a manos de un exmilitar serbio, Norbert Feher, más conocido como Igor el Ruso

Sucedió en diciembre del 2017 y solo tres años después, en junio del 2020, la Guardia Civil conseguía detener también en esta localidad a Pedro Lozano Jiménez, más conocido como el Rambo de Requena, mientras huía de los agentes tras disparar y herir a uno de ellos en otro pueblo cercano, Muniesa. El tercer episodio que sobresaltó a todos los vecinos ocurría en agosto del 2019, cuando un hombre mataba con un cuchillo a su propio hijocuando este intentaba defender a su madre de una agresión machista. Él, a continuación, se suicidó tirándose desde el balcón.