La penúltima jornada de la vista por la macroestafa de 4,2 millones de euros con la construcción de fábricas de contenedores humanitarios dejó el testimonio del abogado Ernesto Medina, en una videoconferencia desde EEUU -de inusitada calidad-, donde reside. El letrado admitió a las preguntas del presidente de la Sección Tercera y de los abogados que sí que firmó como apoderado de Scinet Corporation, la empresa relacionada con el timo; otra cosa es que supiera nada de este.

Algunas acusaciones parecían sostener que el cerebro confeso de la estafa, Enrique Irazábal, había falsificado la firma del que fuera su abogado en EEUU, Medina, para colocarlo como ficticio dirigente de la compañía. El letrado afirmó que sí que vino en persona a firmar a España como apoderado de la empresa, curiosamente tras haber representado a Irazábal en el juicio en Florida en el que fue condenado por un timo calcado.

Pero el letrado se desvinculó del resto de firmas en los contratos de los socios e inverores estafados, ya que no supervisó ninguno, según dijo.

En la jornada de ayer también testificaron otros inversones que perdieron su dinero al querer entrar en el «maravilloso» negocio de construir en fábricas nunca instaladas en Gallur, o en Guadix, según el momento de su captación.