El suelo de Calatayud volvió a ceder ayer a pocos metros de la casa azul . Hacia mediodía, una tubería general se partió por la mitad levantando el asfalto y abriendo un socavón de un metro de profundidad y cinco de diámetro. La avería se produjo precisamente en la calle Galdar, a la que da la fachada posterior de la casa azul , un inmueble que el pasado 10 de noviembre tuvo que ser desalojada a causa de una enorme sima.

En esta ocasión, la presión del agua expulsada de la tubería rompió el pavimento y abrió un agujero de un metro de profundidad en mitad de la calle. Según explicaron algunos testigos, la fortuna permitió que no se produjeran males mayores, ya que en el momento del incidente no pasaba ningún coche sobre el firme. El agujero tampoco ha afectado a los edificios cercanos.

Posteriormente, los técnicos de Gestión de Aguas de Aragón (GAA), empresa encargada del mantenimiento de la red, cortaron el suministro a las calles del lado par del paseo Cortes Navarro, entre las que se encuentra la calle Justo Navarro. Tras varias horas de trabajo, los operarios sustituyeron el tramo de tubería dañado. Restablecieron el servicio hacia las siete de la tarde.

VISITA OFICIAL Junto a los técnicos se desplazaron hasta la zona las autoridades municipales, entre la que se encontraba el alcalde, Fernando Martín. Según Pascual Lallana, responsable de GAA, la avería se produjo en una tubería de fibrocemento de 300 milímetros que obligó a acordonar la zona y a abrir un agujero mayor para reparar la avería.

Numerosos vecinos se acercaron hasta el punto afectado preocupados por el nuevo incidente. José Antonio Sanmiguel, concejal de Urbanismo, explicó que se trata de una rotura normal que de haberse producido en otro punto de la ciudad no hubiera originado tanta expectación. "Hubo cierta alarma, ya que la avería se produjo en un lugar céntrico y cercano a la casa azul , algo que creó cierta preocupación", aseguró.

Todavía están muy recientes los problemas originados por una sima bajo el bloque número 6 y 8 de la calle Justo Navarro, edificio que será derribado en las próximas semanas después de que las 50 familias que vivían allí se hayan visto obligadas a abandonar sus hogares. La proximidad física y temporal del nuevo suceso y los problemas consabidos en el subsuelo de la ciudad han hecho inevitable que este incidente haya aumentado la preocupación.

Pese a que los técnicos cubrieron el agujero con zahorras, habrá que reparar el suelo de la calle, que ha quedado seriamente dañado. La fuerza del agua de la tubería rota arrastró la tierra y afectó a una superficie de unos quince metros cuadrados, en los que se han resquebrajado el pavimento y las baldosas.