El Tribunal Correccional de Pau, en el suroeste de Francia, absolvió ayer al cazador que en el 2004 mató a la que se consideraba la última osa autóctona de los Pirineos, Canelle.

El hombre estaba acusado de "destrucción de especie protegida" por haber matado al animal durante una cacería del jabalí que se desarrolló en el valle de Aspe a finales de 2004. La decisión de la corte se ajusta a la petición de la Fiscalía que, en el juicio del mes pasado, pidió la absolución del cazador por considerar que disparó en una situación de "necesidad".

El hombre, René Marqu¨ze, de 65 años, ha insistido a lo largo del procedimiento judicial en que disparó como último recurso, después de haber intentado protegerse del animal que había cargado contra él.

La absolución del cazador suscitó críticas de organizaciones ecologistas, como el Fondo Mundial de la Naturaleza que, en un comunicado, denunció el fallo del tribunal como "un permiso para matar" y la desaparición en Francia del "estatuto de especie protegida". Otra asociación ecologista reclamó la introducción de "al menos" dos osas en el Pirineo en compensación por la absolución del cazador, según informó Efe.La muerte de Canelle provocó en su día una gran conmoción en Francia e incitó al Gobierno a impulsar un plan de repoblación de la especie en los Pirineos, con ejemplares procedentes de Eslovenia, que suscitó la cólera de los pastores.Los lugareños responsabilizaron a los osos traídos de Eslovenia de los destrozos que han sufrido sus cultivos y de la muerte de algunos animales de sus rebaños. En este contexto se produjo la muerte, en agosto del 2006, de la osa Franska. El Ejecutivo francés ha encargado a la Fiscalía un informe complementario para esclarecer lo sucedido, ya que formalmente la osa murió por el impacto recibido por un vehículo cuando atravesaba una carretera cerca de Lourdes, pero en su cuerpo se encontró plomo de caza. De los animales introducidos, quedan tres, uno de los cuales, la osa Hvala, parió dos oseznos hembras.