La Audiencia de Teruel ha absuelto a un hombre de los presuntos abusos sexuales denunciados por la hija de su expareja al haber prescrito ya el delito y carecer de la «fiabilidad» necesaria para enervar la presunción de inocencia del acusado.

Los hechos ocurrieron a finales del 2005, cuando la pareja convivía con la hija menor de edad de una anterior relación de la mujer y con un hijo de ambos. Según el tribunal, la niña, que padecía de miedos nocturnos, se puso a dormir en la cama de la pareja como en otras ocasiones, y una noche, el hombre, creyendo que tenía a su pareja al lado, se giró y realizó tocamientos a la niña en sus genitales hasta que se dio cuenta, momento en el que «se sorprendió y cesó en su acción».

La menor denunció los hechos ante los Mossos d’Esquadra en octubre del 2016, once años después de ocurrir y cuatro tras alcanzar su mayoría de edad. Subraya el tribunal que la denuncia se produjo, además, en un momento «no casual» al llevarse a cabo en el contexto del conflicto mantenido entre la pareja por la custodia del hijo menor tras la ruptura de las relaciones.

Asimismo, relata que durante los diez años siguientes al incidente, la convivencia de la familia no solo se desarrolló con normalidad sino que los especialistas no percibieron síntomas de un trastorno de estrés postraumático.

El tribunal se muestra convencido de que el incidente se debió a un «error» del acusado y sin conciencia ni voluntad de realizar la acción delictiva denunciada. Considera, que las declaraciones tanto de la menor de edad como las de la madre son «manifiestamente insuficientes». Además, los magistrados razonan que el hecho de que la denunciante asegurara en la vista que no le movía el interés económico, pero que sin embargo no renunciara a la indemnización afecta a su fiabilidad. «No consta que fuera repetido ninguna otra vez, ni antes ni después, del ocurrido en el año 2005», señalan.