Un joven zaragozano ha sido absuelto del delito de lesiones por el que la Fiscalía le pedía un año de cárcel y su vecino, L. D. P., 21.000 euros de indemnización. El denunciante, minusválido, se rompió el radio en una trifulca con el joven y su padre --que también estaba acusado de una falta de amenazas--. El lesionado denunció a ambos al sostener que le habían empujado. Pero los testigos coincidieron en que se cayó solo, así que será él el que pague 160 euros por una falta de vejaciones injustas a sus vecinos.

Los hechos que se dirimieron en el Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza tuvieron lugar el noviembre del 2011, en un bloque de viviendas del Picarral. El denunciante, L. D. P., minusválido, aparcó su coche y se acercó a uno de los denunciados, A. T. E., al que increpó porque su coche le dificultaba la entrada al garaje. Pero el joven estaba hablando por el móvil en el coche y no le hizo caso. Poco después llegó el padre, F. T. F., con su mujer, y el denunciante les insultó y levantó la mano al hombre.

Ante el ademán, el hijo salió del coche y fue a por L. D. P., aunque su madre le retuvo. El minusválido se echó para atrás, resbaló y se fracturó el radio como consecuencia de la caída, lo que le ha causado una limitación de movimiento en la muñeca. Luego denunció el incidente como una agresión de la que acusaba al hijo y los insultos del padre. Ambos fueron defendidos por el letrado Fernando Díaz.

Según los testigos presentes en el juicio, fundamentalmente otros vecinos del barrio, "nadie le tocó y la caída fue accidental". Además, oyeron cómo el hombre decía "ahora os voy a denunciar porque me he hecho mal". Según señala la sentencia, el testigo que aportó el herido admitió que llegó cuando el hombre ya estaba en el suelo, así que no presenció el momento de la supuesta agresión, no probada.

Los vecinos también oyeron como el hombre llamaba "cab... e hijos de p..." al padre y al hijo, lo que le valdrá la citada condena de 160 euros por una falta de vejaciones injustas. Pero el padre, acusado inicialmente de lo mismo, también resultó absuelto al no haberlo oído ningún testigo insultar al herido.