El Juzgado de lo Penal número uno de Huesca ha absuelto a un vecino de Almudévar acusado de atentar a la autoridad, por falta de pruebas que acreditarán que hubiese agarrado al alcalde de la localidad, lo cogiera de la solapa y lo zarandeara.

El alcalde, Antonio Labarta, interpuso en junio una denuncia en la que manifestaba que en la tarde del 30 de mayo, cuando abandonaba el Ayuntamiento, fue abordado por el acusado "en un estado de gran nerviosismo", poniendo "su cara a escasos centímetros de la suya".

Según Labarta, el denunciado le recriminó "de malas maneras y en tono amenazante" la actuación del Ayuntamiento en un expediente administrativo en el que se le negó una licencia municipal para la construcción de una granja.

Según sus declaraciones, le agarró del brazo impidiendo irse, le cogió de la cazadora a la altura del pecho y le zarandeó, unos hechos, que según la sentencia, no han podido probarse, así como tampoco los insultos o amenazas.

La sentencia reconoce la existencia de "un conflicto de fondo" entre la familia del acusado y el alcalde, "aunque no consta una previa enemistad o mala relación" y apela a las versiones de los testigos, que son "totalmente opuestas".

La mayor parte de los testigos han tenido vinculación con una de las dos partes, ya sea familiar o de amistad, por lo que, según la sentencia, "no se puede escoger entre una u otra versión", ni entender desvirtuada la presunción de inocencia del acusado.

El alcalde ha mostrado su "sorpresa e indignación" por lo que considera una sentencia "injusta" por amparar una "desprotección ante tantos alcaldes de la provincia que mantienen relación directa con sus vecinos" y que "en este caso se excedió de lo normal".

Labarta ha explicado en un comunicado que le parece "poco acertado" que después de que el acusado reconociera que lo agarró por el brazo para impedir que continuara su camino, este quede sin ningún tipo de condena, "ni siquiera leve".

Además, ha señalado su intención de recurrir en apelación ante la Audiencia Provincial de Huesca.