Cuatro agentes de la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO) de la Policía Local de Zaragoza fueron acusados por lesiones, coacciones y usurpación de estado civil por la actuación que llevaron a cabo en la noche de Reyes del 2019 en un bar para público africano de la calle Sevilla de la capital aragonesa. Acudieron a la llamada de unos vecinos para hacer un control de sonidos y tres clientes y la dueña del establecimiento se revolvieron contra ellos. Los agentes han sido absueltos, mientras que los otros cuatro encausados han sido condenados por la Audiencia Provincial de Zaragoza por los delitos de resistencia y lesiones leves.

Señalan los magistrados que las tres mediciones de ruido realizadas esa noche en el domicilio del vecino dieron resultado positivo. Tal resultado exigía, conforme indica el protocolo, realizar una prueba de fondo en el bar o foco emisor del ruido) y para realizar tal prueba es preciso que se apague el sonido, en este caso la música, y el silencio de los clientes. Los agentes se lo solicitaron a la acusada

Montserrat M. N., comenzando ahí los problemas, aunque hicieron la prueba. Cuando fueron a darle el boletín de sanción, ella les dijo que no iba a firmar y que eran unos racistas. “Montserrat manifestó en voz alta que el agente quería suplantarla, que iba a firmar por ella, arengando a los clientes y generando un ambiente hostil en el establecimiento en su favor”, recalcan los magistrados.

Ante ello, Beltrán B. E. se aproximó a uno de los agentes y en la discusión que entabló con éste le propinó un empujón que provocó que se cayera a al suelo la carpeta que portaba. También se acercaron los acusados Ezequiel N. M. A. y Pelagio M. N. N. que increparon a los agentes, provocando a los demás. Cuando estos acusados fueron a ser identificados para ser denunciados, se abalanzaron sobre los agentes y en el forcejeo con estos resultó uno de los policías locales herido.

El ambiente se fue complicando y descontrolando, pues uno de los clientes, que era menor de edad, cogió una botella y le propinó un golpe en la cabeza a un agente que se encontraba en el lugar y, a la vez, otro policía, no identificado, en situación actual de segunda actividad, comenzó a tirar de forma violenta botellas y vajillas de la barra para, al parecer, evitar otras posibles agresiones con objetos tales como botellas, vasos, etc.... Ante ello los agentes decidieron desalojar el bar, no sin antes ser agredidos por la propietaria del mismo, que estaba embarazada y que aseguró durante el juicio El tribunal señala que “no consta que el agente cuando redujo a Montserrat supiera que esta estaba embarazada; ni consta que le propinara patadas”.

Por todo ello, los miembros de la UAPO, defendidos por el abogado José Cabrejas y que afrontaban tres años de prisión cada uno, han sido absueltos. El resto de acusados condenados a penas de multa por lesiones leves y a 6 meses de prisión la dueña del bar y 3 meses uno de los clientes.