El nuevo acelerador lineal para tratar enfermedades oncológicas del hospital Clínico de Zaragoza ya está en funcionamiento desde el mes de junio y ha permitido aumentar en un considerable porcentaje el número de pacientes atendidos cada día, al pasar de los 80 a los que prestaba servicio antes de su puesta en marcha a los 120 actuales. Se trata de una máquina idéntica a la que ya estrenó este centro en septiembre y que completa su capacidad en este campo con tres dispositivos, si se suma el que ya tenía con anterioridad.

Todo, a falta de que el Miguel Servet cuente con otro nuevo dispositivo, en este caso donado por la Fundación Amancio Ortega, que se espera que llegue en el primer trimestre del 2020, cuando concluyan las obras en la instalación, y que supondrá el sexto acelerador lineal del sistema aragonés de Salud.

Así lo manifestó ayer el gerente del sector sanitario III de Zaragoza, José Ignacio Barrasa, quien precisó que la inversión en las dos máquinas «gemelas» del Clínico adquiridas desde septiembre asciende a los 8,3 millones de euros. Precisamente, que sean idénticos aparatos supone una ventaja, como puso de manifiesto el jefe de la unidad Multihospitalaria de Oncología Radioterápica de Aragón, Martín Tejedor, puesto que permite «pasar pacientes de una a otra si hay algún problema», en contraste de lo que sucedía hasta ahora, puesto que si surgía algún imprevisto con los aceleradores, «el paciente se tenía que ir a su casa sin tratamiento», ya que se trataba de equipamientos diferentes.

Los nuevos dispositivos permiten que el tiempo de tratamiento en la máquina se reduzca, a la vez que minimiza los efectos secundarios al aplicar con más precisión dosis más altas en las zonas afectadas. Según estimó Tejedor, son unos 40 pacientes al día los que pasan por el equipamiento prácticamente desde que se puso en funcionamiento hace algo más de un mes.

Esta circunstancia la ha propiciado que la calibración del acelerador ha sido rápida y la formación del personal ya estaba realizada en septiembre, cuando llegó el primero de estos aceleradores. «Ha sido llegar y, rápidamente, hemos empezado a funcionar en turnos de mañana y tarde» destacó.

Todas estas cuestiones se han notado «mucho» en la reducción de la lista de espera, que han pasado, dependiendo de las patologías, de los dos meses a los 15 días aunque, matizó, «cada paciente es un caso diferente».

Los dos modelos nuevos disponen de la tecnología de arcoterapia volumétrica y de radioterapia guiada por la imagen, un sistema similar a la Tomografía Axial Computerizada (TAC) para realizar imágenes previas a la radiación y que asegura milimétricamente la posición para cada caso.

La comunidad dispone ya de cinco aceleradores lineales, que serán seis cuando esté en marcha el que se instalará en el hospital Miguel Servet. Tejedor precisó que, para ello, hay que adaptar los blindajes del búnker donde se ubicará a las medidas de seguridad para la nueva máquina. Para ello, prevé unas obras de unos 4 o 5 meses que esperó que de comienzo en agosto.