El joven P. J. C. G. añadió ayer seis meses a las condenas que ya cumple por diversos robos derivados de su toxicomanía. De hecho, esta fue tenida en cuenta por el fiscal y los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial a la hora de rebajarle la pena, inicialmente de dos años, tras alcanzar un acuerdo con su abogada, Eva María Abadía.

La petición era un tanto elevada, teniendo en cuenta que se trató de una tentativa, pero venía agravada por ser multirreindicente y por el hecho de haber sido en un lugar público. Porque P. J. C. G., según admitió, intentó forzar una máquina expendedora de café en el hospital Miguel Servet, la madrugada del 27 de marzo del año pasado.

Era la segunda vez que tomaba como blanco a esta máquina, ya que el mes anterior, en febrero, sí logró forzar el mecanismo, junto a otro joven toxicómano. En aquella ocasión se llevaron cien euros en monedas, y el pasado mes de diciembre ambos fueron condenados a tres años de cárcel, precisamente por su reincidencia y por tratarse de un sitio muy transitado.

En esta ocasión, el ruido alertó al personal de seguridad y le detuvieron antes de que extrajera el dinero.