Fenghe Hao aceptó ayer una condenada de ocho años de prisión (seis por una violación consumada y dos por otra sin penetración) que además le supondrá ser deportado a su China natal en cuanto obtenga el tercer grado penitenciario. La pena pactada entre su defensa, la Fiscalía y la acusación particular incluye también 20 años de alejamiento respecto a la víctima, su compañera de piso (10 por cada delito), y una indemnización para ella de 15.000 euros. Aunque ayer, tras aceptar la pena, advirtió a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza de que no tiene dinero.

CONFESIÓN / Hao admitió finalmente que, entre el 21 y el 25 de julio del 2015, agredió sexualmente en dos ocasiones a su compañera de piso, de su misma nacionalidad. Esta, según fuentes cercanas al caso, no sabía a quién contárselo, ya que en su cultura se trata de algo muy vergonzante, pero acabó confiándoselo a un párroco católico chino que dio aviso a la Policía. Hao fue detenido el mismo 26 de julio de hace dos años y, desde entonces, permanecía en prisión provisional.

La acusación particular, ejercida por la víctima, pedía inicialmente 18 años de cárcel por dos violaciones, a lo que sumaba otra acusación por amenazas, ya que la mujer contó que el condenado le decía que mataría a su hijo, de 20 años. El hombre siempre había mantenido que se trató de relaciones sexuales consentidas, por lo que su defensa solicitaba inicialmente la absolución.

Pero tras el acuerdo alcanzado por la acusación particular con el fiscal y la abogada de Hao, Ana García del Cacho, prescindieron del último delito y rebajaron la primera acusación al no estar probado que hubiese penetración.

Al llevar ya dos años en prisión, y si el encarcelamiento sigue los cauces habituales, Hao podría obtener el régimen de semilibertad dentro de cuatro años, tras lo cual debería ser devuelto a su país, según aceptó ayer ante los magistrados.

Tras su confesión y la sentencia de conformidad, y como tal ya firme, no fue necesario que se celebrara la vista.