"Si el Gobierno catalán llega a la conclusión de que no necesita o no quiere agua del trasvase, es imposible imaginar que el trasvase septentrional se lleve a cabo". El informe sobre el proyecto de cesión del Ebro de la dirección general de Medio Ambiente de la Unión Europea alerta sobre las graves dificultades que supondría llevar adelante la actuación en contra de Cataluña, la única comunidad afectada y beneficiada por la obra.

Uno de los argumentos sobre los que enfatiza el departamento que dirige Margot Wallström es el rechazo a la macrocesión del Ebro expresado por el Ejecutivo de Pasqual Maragall. Señala el informe que el Gobierno catalán ha comunicado a los comisarios de Medio Ambiente y de Política Regional que no apoya esta obra y que está revisando su necesidad de agua. El documento admite que se podría argumentar que éste es un problema político interno de España, pero añade: "Es poco probable que pueda llevarse a cabo el trasvase en contra de los deseos del Gobierno catalán".El documento va más allá y advierte de que si se actúa contra Cataluña el problema aumenta. "Es completamente consecuente con nuestro deber de tasación de la factibilidad y riesgos asociados al proyecto que examinemos el impacto que esto podría tener en la viabilidad del trasvase", dicen los servicios de Medio Ambiente.