La actitud de la comunidad de monjas de las Hermanas de Belén, actuales inquilinas el monasterio de Sijena, al negar que el plan director anunciado para la restauración del cenobio hubiera sido pactado con ellas, inquieta y molesta a los responsables del Departamento de Cultura del Gobierno aragonés.

Un día después de hacer público las Hermanas de Belén un comunicado en que aseguraban «no ser cierto» que el plan hubiera sido pactado ni acordada la ampliación del régimen de visitas, el director general de Cultura, Nacho Escuín, afirmaba que las negociaciones se habían llevado a cabo con la orden propietaria del cenobio, las monjas de San Juan de Jerusalén.

Fuentes de la consejería de Cultura del Ejecutivo aragonés manifestaron ayer a Efe su malestar por las manifestaciones hechas por las actuales inquilinas del monasterio, y lamentaron su intención de «dificultar las negociaciones».

Estas mismas fuentes añadieron, en este sentido, que las continuas conversaciones mantenidas con el representante legal de la Orden de San Juan de Jerusalén han propiciado un acuerdo favorable para ambas partes respecto a las inversiones anunciadas, 3 millones de euros para obras de rehabilitación en el 2019, y una ampliación de las visitas de dos a tres días.

Desde la Administración destacaron que la Orden de San Juan de Jerusalén había dado a conocer al Departamento de Cultura que las monjas inquilinas del monasterio habían sido informadas en todo momento de los acuerdos alcanzados.