El Consejo de Gobierno del Ayuntamiento de Teruel acordó en su reunión de ayer activar el plan de emergencia por sequía, en fase de prealerta, debido a la escasez de reservas de agua en el municipio. Así lo anunció la alcaldesa de la ciudad, Emma Buj, que precisó que esta situación supone llevar a cabo una campaña de concienciación para evitar el derroche de los recursos hídricos.

Teruel vive desde hace meses una ausencia casi total de lluvias, lo que ha mermado considerablemente las reservas del embalse de El Arquillo, su principal fuente de suministro, y a la activación de los pozos existentes en el barrio de San Blas.

La alcaldesa también informó de que, dentro de las medidas de ahorro, se van a cerrar los grifos de las fuentes municipales, una operación que suele realizarse todos los meses de noviembre. «Habrá que tener el mayor cuidado posible en el riego de parques y jardines», añadió Buj, que recordó que las acciones de sensibilización de la población ya empezaron el pasado verano.

LAMINACIÓN // Con todo, la regidora subrayó que «no hay un problema de abastecimiento de agua». Señaló que, en cualquier caso, todo está supeditado a la evolución del tiempo. «El Arquillo es un pantano de laminación que se recuperará a poco que llueva», aseguró. Si no fuera así, advirtió Buj, «habría que tomar medidas más restrictivas».

La alcaldesa también manifestó que está previsto crear un comité de sequía «que se reunirá todos los meses hasta que la situación revierta».

En la jornada de ayer, se aprovechó el Consejo de Gobierno para comentar la situación a todos los grupos municipales. Asimismo, se señaló que el pasado viernes tuvo lugar una reunión de técnicos municipales y responsables de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Este organismo de cuenca decidió recientemente que el suministro de Teruel se realice en un 70% (y no en un 80% como es norma) debido al progresivo vaciamiento del El Arquillo.

Las reservas de agua de este pantano se hallan, en efecto, muy bajas, con solo cuatro hectómetros cúbicos de un total de 21 de capacidad, lo que equivale a solo el 20% de la misma.

Asimismo, se han activado los pozos de San Blas, además de los de otra localidad vecina, con el fin de diversificar el abastecimiento.

En el caso de que lloviera y aumentara el caudal del río Guadalaviar, el pantano de El Arquillo experimentaría una subida automática. El problema es que la perspectiva de lluvias no parece muy próxima.

Teruel y su provincia han padecido un invierno y una primavera poco lluviosas. De hecho, en el mes de febrero se sucedieron días con temperaturas anormalmente altas para la época. Estos factores han redundado en una reducción drástica de las reservas hídricas.