No es casualidad que el Gobierno municipal decidiera ayer sentar a negociar a los trabajadores de FCC por primera vez en los 30 días de huelga indefinida que llevaban en el servicio de mantenimiento de los parques de Zaragoza. Fue una decisión precedida de las presiones recibidas desde la dirección del PSOE aragonés, con el secretario general Javier Lambán a la cabeza, al alcalde, Juan Alberto Belloch. Y con la advertencia desde la sede de Ferraz de no convertir la protesta de los empleados de la contrata en la imagen, a nivel estatal, de la visita a la capital aragonesa del líder de los socialistas en España, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Lo confirma que fuera Carmen Dueso, responsable municipal de Servicios Públicos y ajena al servicio de las zonas verdes, la encargada de ejecutar esa reunión a tres bandas, con la empresa al teléfono y el comité sentado en su despacho, que venía exigiendo el portavoz municipal del PSOE y miembro de la Ejecutiva federal, Carlos Pérez Anadón. Desde hace unas tres semanas que venía insistiendo en dar el brazo a torcer y zanjar un conflicto que casi ha durado un mes. Pero se resolvió in extremis y sin que los únicos responsables municipales que podían hacer ese encuentro estuvieran presentes. Ni el vicealcalde Fernando Gimeno ni el teniente de alcalde de Medio Ambiente, Jerónimo Blasco, se sentaron a la mesa.

Dueso protagonizó esa mediación, la del PSOE aragonés, que tantas veces negó Belloch --"no vamos a mediar nunca", dijo en el último pleno--, y lo hizo porque es parte de la Ejecutiva regional. Así que su papel era más orgánico que de representación del Gobierno de Zaragoza. Y así evitó in extremis el boicot al acto en la sala Multiusos.