Una denuncia de la compañera de piso de Valmira Q. sacó a la luz, en octubre de 2013, los supuestos maltratos que esta mujer infringía a su hija de diez años. Ahora, esta mujer se enfrenta a tres años de prisión que solicita la Fiscalía por el delito de violencia doméstica, así como la pérdida de la patria potestad durante cinco años.

La menor, que próximamente tendrá que acudir al juicio contra su progenitora, ha mantenido durante todo este tiempo la misma versión. Tanto ante la Guardia Civil como en el Juzgado de Instrucción número 2 de Calatayud afirmó que no se llevaba muy bien con su madre, que la "castigaba mucho, que le pegaba y que no le dejaba ver la tele, ni salir a la calle para jugar con otros niños". También señala que algunas veces en verano su madre no le dejaba dormir por las noches, teniéndose que quedar toda la noche de pie dentro de la habitación que compartía con ella en una vivienda de Calatayud.

En el relato que hizo la menor también se destaca que en otras ocasiones la metía en la bañera con agua hirviendo y que "una vez casi le quema las piernas"."Un día me cogió de la coleta, me tiró al suelo y empezó a darme vueltas", afirmó.

SIN AUXILIO El supuesto maltrato, según describió, siempre se producía en el cuarto de baño o en la cocina para que nadie se enterase. "No me dejaba pedir ayuda ni llorar porque entonces era mucho peor", aseveró, mientras apuntaba que una vez le esgrimió un cuchillo o le dijo que la iba a enterrar viva.

Más allá de las continuas agresiones que señala la menor, en las que llega a usar varas de árboles, la procesaba le ordenaba servirle la comida o prepararle el desayuno a las 05.00 horas.

Unos testimonios que para las psiquiatras forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) son creíbles, resaltando que la sintomatología que presenta "es compatible con malos tratos en el ámbito familiar". Ante ello, consideran conveniente que no vuelva con su madre y esté bajo tutela de los servicios de Protección de Menores.

Las doctoras que la exploraron manifiesta, además, que presenta síntomas de inhibición emocional, hostilidad, autoconcepto negativo, tendencia de aislamiento e, incluso, deseos de muerte.

De Valmira Q., defendida por la abogada Carmen Sánchez Herrero, aseveran que existen "condiciones psicológicas que pueden suponer una disminución de sus facultades".

La procesada mantiene que es inocente y que su relación con la menor es "muy buena" porque para eso "luchó por la guardia y custodia cuando falleció su padre en Albania". "La niña no me ha dado ningún problema, aunque es verdad que la he castigado varias veces si se comporta mal", dijo ante el juez, mientras quería dejar claro que las reprimendas no eran con insultos ni agresiones. De hecho, matizó que las penalizaciones consistían en leer un número de determinadas páginas de un libro.

En cuanto a los moratones, Valmira Q., los achacó a las patadas de compañeros.