Una cuidadora de la residencia de ancianos Ayala, de Alagón, M. C. B. N., se enfrenta a una petición de tres años de prisión y una indemnización de 150.000 euros, como autor de un delito de homicidio por imprudencia grave, por parte de la familia de una anciana --ejerce la acusación en su nombre la letrada Begoña Cuenca-- que murió asfixiada tras quedar enganchada en los correajes de la cama del geriátrico. La mujer se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza.

La Fiscalía reclama para ella una condena de un año de prisión y una indemnización de 100.000 euros para la familia de la fallecida por un delito de homicidio por imprudencia, aunque, tras escuchar las declaraciones de los testigos y los peritos que intervinieron en la vista, propuso como calificación alternativa considerar los hecho como una falta de homicidio por imprudencia leve.

FALTA La defensa, a cargo del penalista Eladio Mateo Ayala, solicitó la absolución al entender que la actuación de las empleadas del turno de noche del geriátrico desvirtúa cualquier responsabilidad de la cuidadora, aunque admitió, como calificación alternativa, que pudiera ser condenada por una falta, tal y como propuso la Fiscalía.

La anciana --J. H., de 74 años-- falleció la noche del 1 al 2 de junio del 2012, en torno a las 23.00 horas según señala la autopsia, que señala como causa de la muerte el hecho de que la barandilla de la cama no estuviera subida, en la posición de seguridad. Esa circunstancia permitió que la mujer quedara atrapada al poder moverse por no estar correctamente atada.

M. C. B. N. admitió que esa noche, antes de terminar su turno a las 22.00 horas, pidió a una de las auxiliares del turno de noche que colocara las manos de la anciana en las manoplas, tarea que ella no había podido efectuar por tener mucho trabajo en el tramo final de su jornada. Y dio por hecho que así se haría.

Sin embargo, las empleadas de ese turno nocturno admitieron que no llegaron a cumplir la recomendación de la acusada.

Esa noche no efectuaron la ronda de vigilancia en la que, poco después de las diez de la noche, revisan si todos los elementos de seguridad de las camas en las que duermen los ancianos --cinchos, barandillas, manoplas, etcétera-- se encuentran de la manera adecuada.

HALLAZGO Por el contrario, según admitieron en sus declaraciones, por motivos de trabajo efectuaron la primera ronda de madrugada, haciendo coincidir la inicial de vigilancia con una posterior en la que reparten medicamentos para los ancianos.

Fue entonces cuando, al entrar en la habitación, se percataron de que la mujer había fallecido.

En la causa están imputados como posibles responsables civiles del fallecimiento las compañías de seguros Allianz y Aralia.