La presencia de alcohol y drogas como factor en los accidentes de tráfico es sobradamente conocida, pero en los últimos años se está dando otra, también relacionada con las adicciones, que aún no se refleja en las estadísticas por separado. «No es una patología muy reconocida, pero tarde o temprano lo será, y se verá que es la tercera causa de accidentes y delitos tras el alcohol y las drogas, un problema terrible».

Así lo aseguraba ayer Francisco Ureta, delegado en Aragón de la asociación de lesionados medulares Aesleme, poco antes de comenzar su intervención en la mesa redonda Reeducar en seguridad vial, ¿cómo lo hacemos?, celebrada por Cáritas en la Casa de la Iglesia de Zaragoza, dentro de los actos de la Semana de Pastoral Penitenciaria.

Ureta lleva desde el 2009, un año después de que uno de estos «mal llamados accidentes» le dejara en silla de ruedas, participando en todo tipo de charlas, talleres y cursos para concienciar sobre los peligros al volante. Y en sus talleres para recuperación de puntos del carnet y reeducación vial, ha podido constatar que el uso indebido del teléfono móvil está cada vez más presente entre las famosas «distracciones» a las que se achacan estos accidentes. Una adicción omnipresente en la sociedad actual, explica, y difícil de erradicar.

Ureta compartió ayer su experiencia en este tipo de cursos, que considera útiles en la rehabilitación de los conductores. «Conmigo comprueban las consecuencias de los accidentes, se ven a este lado del muro, como me gusta decir, y toman conciencia de lo que podría ser su vida», explicaba. También es cierto que hay un buen número de casos, hasta un 40%, en los que considera que la reeducación no acaba de ser efectiva, «porque lo que tienen es un problema de adicción a las drogas y al alcohol, y lo que necesitan es ayuda médica».

Este tipo de delincuentes viales acaban cada vez más frecuentemente entre rejas, aunque aún son pocos en comparación con el común de los delitos. Según explicaba el director de la prisión de Zuera, Luis Lozano, otro de los intervinientes en la mesa redonda, con las sucesivas reformas del Código Penal los presos por delitos contra la Seguridad Vial han crecido «de forma geométrica», aunque actualmente son medio centenar de 1.400 en el penal, apenas un 0,3%.

Lozano entiende que las reformas legales han servido al menos para que no salga «tan barato» acabar con vidas humanas al volante, por más que en la gran mayoría de los casos se sigan condenando como imprudencias.

En Zuera, explicó, se ofrecen cursos de 24 horas de concienciación, y tratamientos para los adictos en el módulo terapéutico, tanto para ellos como para cualquier interno. El director considera que los tratamientos se pueden considerar efectivos, ya que apenas hay un 11% de reincidentes en este módulo, entre todos los tipos penales. También es cierto que el tratamiento es voluntario y requiere implicación.