El Mokka se despide de la planta de Figueruelas tras casi cinco años pasando por las líneas de producción de la factoría aragonesa. La fabricación de este modelo, cuya última unidad saldrá de la factoría a las 15 horas del próximo viernes, comenzó en septiembre del 2014 y supuso un desafío mayúsculo para Opel España desde el punto de vista logístico, pero también de organización y gestión de la plantilla.

Durante el último lustro, en el que el Mokka ha estado conviviendo con modelos como el Corsa, el Crossland X y el Citroen C3 Aircross, se han fabricado 315.612 unidades de este vehículo y la mayor parte se han comercializado en países como Alemania, Italia, España, Francia, Bélgica y Turquía. Su lanzamiento demostró la capacidad de respuesta de la planta de Figueruelas. Hoy, el peso de este coche ha descendido respecto al resto y solo se fabrican ya alrededor de 180 unidades diarias de un total de 2.200 que salen de la factoría.

VERANO DEL 2013

El anuncio de la adjudicación del Mokka llegó en verano del 2013. El modelo se producía íntegramente en Corea del Norte, pero el incremento de la demanda en el mercado europeo y su éxito comercial hizo necesario deslocalizar parte de esa producción hacia el viejo continente. Y Zaragoza fue la elegida para producir cerca de donde estaban los clientes. En septiembre del 2014 comenzó su lanzamiento en Figueruelas en un acto presidido por Felipe II y marcó. Fue un nuevo hito para el sector en Aragón. Solo dos años antes, la sobrecapacidad de producción era notable en Opel España. En el 2012, la fábrica solo lanzaba 265.000 unidades al mercado para una planta que puede alcanzar las 485.000 unidades. Y fue entonces cuando General Motors -entonces matriz de Opel—adjudicó el modelo a Zaragoza.

La llegada del Mokka y el inicio de la quinta generación del Corsa permitieron entonces que más de mil trabajadores afectados por un expediente de regulación de empleo (ERE) pudieran regresar a sus puestos de trabajo. Y desapareció el fantasma de nuevos recortes de plantilla. A partir de ese momento, Opel España no ha dejado de crecer y ahora aspira a alcanzar volúmenes máximos de producción y empleo de la mano del nuevo Corsa y de su versión eléctrica, prevista para comienzos del 2020. «El Mokka fue decisivo en un momento de baja producción», generó confianza y marcó un punto de inflexión en el devenir de Figueruelas, apuntan desde la compañía.

El vehículo se lanzó «en tiempo récord y con éxito», ya que el logro se consiguió en apenas un año desde su anuncio, recuerdan en Opel. Ello implicó trabajar, codo con codo, con el centro de Desarrollo de Corea. Además, el esfuerzo logístico fue enorme tras preparar, junto con Gefco (proveedor experto en logística), durante un año la administración estratégica de la cadena de suministro, el diseño de la arquitectura logística, la planificación de las rutas y tareas para traer desde el país asiático una buena parte de las piezas que componían el modelo.

EFECTO DOMINÓ

El vehículo, además, provocó un efecto dominó en la economía aragonesa, ya que sirvió para que algunas compañías de transportes lograran elevar su actividad, pero también para que las empresas de componentes recuperaran el pulso tras años complicados. Además, infraestructuras como la terminal Marítima de Zaragoza (TMZ) elevaron su volumen de trabajo de tal forma que fue necesaria la ampliación de sus instalaciones con una campa de 12.000 metros cuadrados para recibir 400 contenedores semanales con piezas para fabricar el nuevo vehículo.

El Mokka comenzará a formar parte de la historia de Opel España a partir del viernes. De momento, se desconoce dónde se fabricará su sustituto, aunque podría recalar en alguna planta francesa como Poisy.