Al final, dos meses de trabajo de 31 técnicos y altos cargos municipales en el Ayuntamiento de Zaragoza han llevado al Gobierno municipal a poner sobre la mesa 350 páginas y 40 anexos de alegaciones contra el informe provisional de la Cámara de Cuentas de Aragón en el que se le acusaba al consistorio de un desfase de más de 355 millones de euros en la liquidación del presupuesto del 2011. Un documento en el que solo se admiten 10,4 de ellos, nueve correspondientes al remanente de tesorería y 1,4 por el fraccionamiento de pagos que el vicealcalde y responsable municipal de Economía y Hacienda, Fernando Gimeno, achacó a la aplicación informática en la que se vuelca la contabilidad.

Así que ni los 47 millones de euros correspondientes a la venta de suelo mal contabilizados como ingresos pendientes de cobro, ni obligaciones pendientes de aplicar a presupuesto superiores a los 128 millones que se reconocieron en ese ejercicio --y por los que se elaboró un plan económico financiero y un posterior plan de ajuste que no obtuvo peros ni por el Gobierno central ni por el autonómico--, ni contratos adjudicados por procedimiento negociado que debían haber salido a concurso público. Ni desfase económico en el remanente, ni mucho menos esa cifra global de más de 355 millones.

El consistorio niega una a una todas las apreciaciones del órgano de fiscalización en esas alegaciones en las que, según Gimeno, se demuestra que la liquidación refleja la "imagen real del año 2011 con alguna salvedad", que en la contabilización de los ingresos y gastos "se ha cumplido estrictamente con la legalidad". "Otra cosa es cómo le gustaría al auditor que fuera", apostilló el vicealcalde, quien recordó que algunas de sus consideraciones implicaban incumplir la ley.

Es el resultado de un "arduo, exhaustivo, riguroso, complejo y en equipo, muy cohesionado del Ayuntamiento de Zaragoza", señaló Gimeno, quien resaltó la colaboración de las diferentes áreas, sociedades y patronatos señalados en el informe provisional de la Cámara de Cuentas de Aragón.

El vicealcalde también admitió que es cierto "que no hay un inventario contable" y que, aunque se pondrán "a trabajar en ello", recordó que "el Estado siempre ha dicho que el hecho de que no lo haya no pone en cuestión la imagen real del ayuntamiento".