La empresa Abonlir está situada a 3 kilómetros de Figarol (Navarra) y del barrio pedáneo de Alera y a 7 de Sádaba. Hasta la planta llegan diariamente toneladas de estiércol y desechos cárnicos que se dejan a la intemperie, según explicaron algunos de los afectados, hasta que se transforman en abonos o pienso. "Creemos que si estos componentes se recogieran de manera adecuada, en un espacio cerrado, no desprenderían tanto olor", aseguró el alcalde de Sádaba, Cecilio Cavero.

No obstante, parece ser que esta medida conlleva una inversión muy fuerte por parte de la empresa que, por el momento, "no están dispuestos a realizar, y mientras tanto los perjudicados somos todos nosotros", tal como explicó el primer edil de Sádaba. Los vecinos se sienten preocupados con la llegada del buen tiempo. "La situación no se soluciona y ahora que llega el verano y pasas el día en la calle no vamos a poder ni respirar", explicaba alarmada ayer una vecina de Alera.