Vasile B. afronta 12 años de prisión por, supuestamente, agredir sexualmente a una joven con la que coincidió en una discoteca de la capital aragonesa. Él aseguró durante el juicio celebrado ayer, en la Audiencia Provincial de Zaragoza, que fueron relaciones sexuales consentidas y en su defensa declaró hasta su novia, quien manifestó: «Ella podía haberme pedido ayuda cuando nos tomamos el café juntas antes de irme a trabajar. Prefirió quedarse en la casa con él».

La supuesta agresión sexual, ocurrida el 29 de febrero del 2020 de madrugada, estuvo dividida en dos secuencias, según la denunciante. La primera en un descampado cercano a La Aljafería, donde Vasile B. la tiró al suelo y le introdujo su pene en la boca, bajo amenazas, y la otra en la vivienda del encausado. Allí fue donde coincidieron la pareja sentimental del procesado y la joven que denunció ante la Policía Nacional.

En esta situación se agarró Vasile B. para exculparse. «Entramos en la casa porque pensaba que no estaba, llevábamos el calentón encima de cuando estuvimos en el descampado y mi novia al verla se puso a gritar», afirmó este joven a preguntas de su abogado defensor, José Luis Melguizo.

«Ella se fue a trabajar porque es enfermera, le expliqué que había perdido el móvil y que le iba a ayudar y se marchó», afirmó Vasile B., quien reconoció que aprovechó su ausencia para ir a la habitación para tener relaciones. Pero no estuvieron solos, ya que Darius P., un amigo del joven acudió a la casa para seguir «la fiesta». «Me pidió que llevara alcohol, pero no encontré nada abierto y cuando fui estaban los dos juntos», señaló.

Este veinteañero también se sentó en el banquillo de los acusados por, supuestamente, no socorrer a la víctima, pero él aseguró que «no vio violencia». «No hubiera consentido eso porque he sufrido algo parecido hacia mi madre», afirmó a preguntas de su letrado, Armando Martínez.

Muy diferente fue la versión ofrecida por la denunciante. Aseguró que sintió miedo porque le amenazó diciendo que «no sabía con quién se estaba metiendo». Una declaración que fue en algunos momentos muy tensa porque el penalista José Luis Melguizo presentó varias contradicciones en su relato de hechos, tanto durante el juicio, como en la instrucción y ante los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA). La joven, representada por la abogada Eva María Parra, aseguró que tras sufrir la violación huyó corriendo de la casa a pedir ayuda. El hermano pequeño de Vasile B. estaba en una habitación cercana. Oyó los gemidos y le mandó mensajes a la novia del acusado para decirle: «Qué pena me das». Negó la violación.