Una pelea de bar que acabó con un hombre en el cementerio y otro en las dependencias de la Policía Nacional como supuesto responsable de dicha muerte. Todo ello por culpa del consumo excesivo de alcohol. Unos hechos, ocurridos el 22 de diciembre del 2019, que serán juzgados como un delito de lesiones en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Así lo califica la Fiscalía que solicita una condena de 3 años de prisión para Luis Javier R. H., que permanece en libertad provisional.

El porqué no se sienta en el banquillo por unas lesiones y no por homicidio imprudente se debe al informe de autopsia realizado por el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) que concluyó que la víctima murió como consecuencia de la fractura del hueso temporal, que le provocó una hemorragia interna de evolución lenta, y que podría haberse tratado si la víctima no se hubiera negado a ser trasladado a urgencias. Un argumento que durante la instrucción defendió el abogado del encausado, José Cabrejas.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 21.45 horas en la terraza del bar Capricho en el zaragozano barrio del Actur. Allí coincidieron víctima, de 56 años, y acusado, a quien no le gustó la actitud que estaba teniendo el agredido con un vecino del barrio que tiene una discapacidad física al que le llegó a lanzar un botellín de cerveza que no le alcanzó.

Luis Javier R. H., así como otras personas que estaban en el establecimiento hostelero, le pidieron que se calmara. Sin embargo, según la acusación pública, la víctima se centró en el hoy procesado este puesto de pie le propinó un puñetazo o bofetada a Valentín que le hizo caer al suelo golpeándose fuertemente la cabeza.

Una vez en el suelo Valentín, tras unos instantes en que apareció inconsciente, fue ayudado a levantarse mientras llamaban al 061 que envió una ambulancia . El aviso fue recibido a las 22.12 horas y la ambulancia se personó en el lugar a la 22.22 horas.

Cuando llegó el personal sanitario, Valentín se encontraba sentado y consciente. En el parte de asistencia se redactó: «Sentado, ebrio, vomitando, edema lateral derecho, sangre en cuero cabelludo. No quiere ser trasladado para examen. No quiere firmar». En la ficha consta respiración normal, vómitos, alerta neurológica agresión. El acusado abandonó el establecimiento junto a su mujer , sus hijos menores y su cuñado. Por su parte, Valentín permaneció en el establecimiento hasta las 23.00 horas hasta su vivienda. Allí su compañero de piso debió bajar a buscar al mismo a la calle dado que no se tenía en pie sin que conste otro motivo que el estado de embriaguez en el que se encontraba, tal y como apunta Fiscalía.

Valentín quedó acostado y cuando su compañero de piso, sobre las 7.45 horas del día siguiente, salió a pasear al perro escuchó que el mismo estaba roncando y lo vio dormido. Cuando regresó a las 9.45 horas ya estaba muerto y con un vómito encima suyo. Un final fatal que pudo haberse evitado si la víctima hubiera querido ir al hospital a ser atendido.