Los dos jóvenes detenidos la pasada noche de Reyes por rajar la cara con una navaja a un hombre al que intentaban atracar, en Zaragoza, serán juzgados próximamente con una potencial condena de seis años de cárcel. Son los que pide la víctima, dos por el intento de robo y cuatro por las lesiones con instrumento peligroso, dado que le quedó una cicatriz a lo largo de todo el pómulo, desde la oreja a la mandíbula, de 12 centímetros de largo. Para la Fiscalía, que pide dos años y medio de prisión por el atraco frustrado, las lesiones sin embargo suponen un delito leve (antigua falta) que saldaría con una multa de 720 euros.

Los hechos, como en su día publicó EL PERIÓDICO, ocurrieron la madrugada del 5 de enero pasado, cerca de las 04.00 horas, cuando la víctima paseaba por la calle Alfonso, de vuelta a casa, mirando el teléfono móvil.

AMENAZA

Según sostienen ambas acusaciones, pública y particular, los dos acusados, Óscar D. E. y Francisco Javier D. I., se acercaron al hombre y el primero le puso una navaja en la zona lumbar, mientras el segundo le cerraba el paso para impedirle huir, al tiempo que le agarraba del brazo conduciéndole hacia la calle Fuenclara, para cometer el atraco en una zona menos transitada.

Pese a la desventaja, el hombre intentó zafarse de sus atracadores, pero el que llevaba la navaja le dio un tajo en la cara, causándole una herida a lo largo de la patilla, que le ha dejado una visible cicatriz, valorada como perjuicio estético ligero con tres puntos de secuela.

Los jóvenes, sin lograr quitarle el móvil ni otras pertenencias (de ahí que les acusen por el atraco en grado de tentativa), huyeron, pero la Policía, alertada por otro paseante, les interceptó en las inmediaciones, en el paseo Echegaray y Caballero.

El presunto autor del navajazo, Óscar D. E., aún llevaba la navaja empleada oculta en la manga. De hecho se había hecho un corte con ella en el antebrazo, que según la acusación particular, a cargo de Carlos Vela, tendría la finalidad de ocultar la sangre de la víctima y con ello borrar pruebas.

Si era así, el análisis de ADN practicado desmontó el ardid, ya que se hallaron perfiles genéticos tanto suyos como de la víctima en el arma.

Además de las penas de cárcel, ambas acusaciones solicitan una indemnización de 3.000 euros por las secuelas parecidas. Curiosamente es la Fiscalía quien eleva la cantidad, en unos 200 euros, por las lesiones propiamente dichas.