La agenda de la nueva consejera de Sanidad, Sira Repollés, llega marcada sin suda por la crisis desatada por el coronavirus. Su gestión empezará por ahí con total prioridad para que no vuelvan a cometerse los mismos errores, pero cuando todo pase, además de garantizar que la sanidad pública en Aragón será capaz de soportar un rebrote, Repollés tendrá que hacer frente a otras cuestiones derivadas de su cargo político.

CRISIS SANITARIA

Garantizar la viabilidad del sistema en Aragón

La consejera se ha confesado «una firme defensora» de la sanidad pública y hasta hace unos días ha experimentado en primera persona los efectos del virus. Llega al cargo en un momento convulso y garantizar la viabilidad del sistema y la atención a los pacientes será la primera tarea. En este sentido, una de las claves está en disponer de suficientes recursos, tanto en los centros de salud como en los hospitales, para hacer frente al fin de la actual pandemia y a la llegada hipotética de otra ola de contagios para el próximo otoño e invierno.

TRABAJADORES

Máximas garantías de seguridad

Repollés dejó claro durante su discurso en la toma de posesión que se siente «próxima» a los profesionales sanitarios, para quienes pidió «máxima seguridad» en el ejercicio de su trabajo. Repollés, quien días antes de aceptar el cargo firmó un manifiesto contra las palabras de su antecesora Pilar Ventura acerca de la fabricación de los EPIS caseros, es consciente de que los materiales de protección han escaseado en algunos momentos y eso ha propiciado muchos contagios. No puede permitirse que esto vuelva a suceder porque, precisamente, las quejas por esta carencia son las que desencadenaron la salida de Ventura de la consejería. Los test a los sanitarios deberían ser también una garantía.

SINDICATOS y COLEGIOS

Retomar el diálogo y rebajar la tensión

Otra de las aristas que Sira Repollés deberá limar en su estreno como consejera de Sanidad es la relación con los sindicatos y colegios profesionales de médicos y enfermeros. Ya hizo toda una declaración de intenciones el pasado jueves, cuando afirmó que les tendía la mano «a hablar, a dialogar y a llegar a acuerdos desde la responsabilidad». Fueron ellos, apoyados por muchos sanitarios que secundaron las protestas, los que más presionaron y exigieron a Lambán la dimisión de Ventura. La situación venía precedida ya por una mala y «fría» relación fruto de las negociaciones sobre las retribuciones salariales, el pago de la carrera profesional o la recuperación de los derechos perdidos en los recortes del 2012. Todo eso sigue pendiente para los sindicatos, que no lo olvidan y se aferran al talante sanitario y negociador de Repollés para volver a plantearlo.

CENTROS DE SALUD Potenciar la Atención Primaria y el medio rural

En estos últimos meses se ha repetido con bastante frecuencia: la Atención Primaria va a ser la clave en la organización del nuevo sistema sanitario provocado por el coronavirus. Repollés habló en su discurso de «potenciar» este nivel de atención asistencial, ya los centros de salud, donde también han escaseado los recursos y más contagios entre profesionales, son el primer escalón del sistema. Un buen triaje y diagnóstico, así como la disponibilidad de test y pruebas PCR evitaría contagios y la saturación de los hospitales. Unas plantillas óptimas y unas ratios de paciente por sanitario más equilibradas puede ser otro de los retos de Repollés, así como una mejora de la asistencia en el medio rural.

OBRAS PENDIENTES

Los hospitales de Teruel y Alcañiz

En cuanto a infraestructuras, Repollés se encuentra con los dos grandes proyectos de la DGA pendientes: el hospital de Alcañiz y el de Teruel. El primero está pendiente de licitación de nuevo y el segundo sigue en construcción.

PACIENTES

Las listas de espera y de pruebas

Las listas de espera, que han crecido exponencialmente al posponerse intervenciones por el coronavirus, son el eterno caballo de batalla al que la consejera deberá hacer frente.