Los problemas y pérdidas agrarias que provocan las riadas del río Ebro suponen un coste de entre 15 y 20 millones de euros anuales al Gobierno de Aragón, según el secretario provincial de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), Antonio Romero. Un problema que «no solo afecta a los agricultores» sino también «a toda la sociedad aragonesa». Por ello, el sindicato agrario UAGA ha convocado a una protesta a agricultores y ganadores que han reclamado esta mañana un Ebro limpio, advirtiendo que se "sienten cansados" de las administraciones. Bajo el lema "Limpieza del Ebro ya", cientos de personas han cortado la N-232 a la altura de Quinto de Ebro.

El principal objetivo de la movilización, según explicó el secretario provincial de UAGA, Antonio Romero, era apoyar y dar un pequeño «impulso» a la limpieza del río, dado que «año tras año» se producen riadas que «ponen en riesgo» a los cascos urbanos de los pueblos y a las granjas.

GRANDES AVENIDAS

El alcalde de Villafranca, Roberto González, puntualizó que durante los años 2003, 2007, 2013, 2015 y 2018 se produjeron «grandes riadas» donde todos los pueblos «fueron inundados» y subrayó que si no se comienza a poner medidas, las zonas rurales «acabarán desapareciendo».

El representante de los sindicatos de riegos de la acequia de Quinto, José Miguel Abenia, expuso que anualmente se anegan entorno a «15.000 hectáreas» debido a las riadas, lo que supone una «puesta en peligro» de las explotaciones de la zona y de la denominación de origen de la cebolla de Fuentes.

Por su parte, Romero añadió que las riadas también provocan daños en las deshidratadoras de alfalfa, en la agroindustria, perdiendo «riqueza y valor añadido». La solución, subrayó el alcalde de Novillas, José Ayesa, consistiría en «limpiar el río, reestructurarlo y controlarlo» por parte de los habitantes de los pueblos cercanos al río.

Además, Romero apuntó que estas actuaciones no deberán ser puntuales, sino que se ha de hablar de una «solución general» desde la cabecera del Ebro hasta su desembocadura.

Por ello, el alcalde de Pradilla de Ebro, Eduardo Moncín, exigió que tanto el Gobierno de Aragón como a la CHE que «pongan en práctica» las actuaciones que han solicitado para «minimizar los daños» de las riadas.