--¿Es usted montañero?

--Montañero y sobre todo, guía de montaña.

--¿Por qué dejó Villanúa y el hotel?

--Porque cumplí 65 años, me había jubilado, y por dos veces vinieron los de Hacienda a decirme que ya no podía trabajar. Mis hijas no querían seguir. Y era un buen negocio...

--Pero ahora vive en el llano. ¿No echa de menos la montaña?

--La echo de menos, claro. Pero voy a menudo. En realidad estoy cerca de mis hijas que viven en Zaragoza. Pero estaría mejor si viviera en Jaca.

--No se le ha ido el acento catalán.

--No. Me fui a vivir a Madrid en el año 49 y ya no regresé a Cataluña. Trabajaba en una editorial de revistas de moda y me llamaron de Madrid. A ver si me espabilaba; y no me espabilé. Estuve desde el 49 al 86. Trabajé durante mucho tiempo para el diario Madrid y hacía deportes, donde tuve una sección dedicada a la montaña. Cuando dinamitaron el periódico me llamaron de un nuevo diario deportivo: se llamaba As. Desde el número 1 colaboré en todo de montaña. Y todavía enviaba artículos desde Villanúa.

--Dio un cambio drástico: de Madrid a la montaña.

--Yo quería ir al Pirineo, lo tenía muy claro. Y es cuando montamos el hotel en Villanúa.

--¿Qué encuentra en la montaña?

--¿Y usted qué encuentra en el fútbol? ¿Le gusta el fútbol?

--Sí...

--La ventaja de que en la montaña no hay gritos. En la montaña hay soledad y descanso. Todos mis abuelos eran montañeros. Mi abuelo Ramón fue desde Andorra a Barcelona andando, y tardó dos años. Se iba entreteniendo por el camino...

--Ha hecho una hazaña.

--Bueno... Lo cuento en el libro: el año pasado, con 86 años ascendí el Naranjo por la cara sur.

--¿Eso es mucho o poco?

--Hombre, un escalador lo hace, pero un montañero normal no lo hace. Son 600 metros de escalada vertical. Lo he hecho muchas veces, incluso la primera invernal en 1956.

--¿Qué montañas ha recorrido del mundo?

--Todas las de Europa, incluso el Olimpo de Grecia. En el Aconcagua, las cordilleras americanas. He estado en Alaska...

--Y todo esto lo cuenta en el libro.

--Sí, es el libro 43, pero los otros 42 son más técnicos y divulgativos. Este podría ser un libro de memorias. Ya lo digo, sesenta años de montañas y amigos.

--Un sitio.

--Los Alpes.