Arento retoma el vuelo. La mayor cooperativa agroalimentaria de Aragón ha sentado las bases para olvidar la crisis que sufrió en diciembre del 2017 y que amenazó el futuro del grupo. Tras varias semanas de incertidumbre, Arento consiguió cerrar la herida y comenzó a trazar una hoja de ruta para el futuro. La firma ha recortado 25 empleos y ahora tiene 165 trabajadores. También redujo su número de socios a 40, realizó desinversiones y consiguió la refinanciación de su deuda. Ahora Arento, que comercializa 40.000 toneladas de fertilizantes, 300.000 toneladas de cereales y 90 millones de carburantes, afronta una nueva etapa.

-¿Cuál es la radiografía de Arento un año después de la crisis que sufrió la cooperativa?

-El grupo ha pasado un año complicado, con un trabajo tremendo en la sombra que ha permitido que estemos en una situación mucho mejor que hace un año. Pasar por estas situaciones no es fácil, pero podemos decir que hemos aprendido mucho y nos hemos dado cuenta de lo importantes que somos para el mundo rural en general. Ahora Arento depende de sus socios y su compromiso. Tenemos retos por delante pero estamos con un equipo más fuerte y motivado para llevarlos adelante.

-¿Qué lecciones se han aprendido durante todo este tiempo?

-Una cooperativa es un ente muy especial. Si queremos desarrollar un proyecto empresarial serio, hay que hacerlo con mucho rigor en la gestión. Pero además los socios de una cooperativa deben cumplir los estatutos, que regulan el funcionamiento de la cooperativa. En Arento sistemáticamente no se han cumplido y ahora estamos siendo muy estrictos con este asunto. Esta exigencia nos está generando dificultades, ruido y cierto revuelo. También hemos tenido que luchar contra la idea de que ser socio de una cooperativa es como ser socio de un club o un gimnasio, cuando no me interesa no voy y dejo de pagar. Y esto no es así. Aquí hay un proyecto que incluye unos compromisos con clientes, con proveedores y con las entidades bancarias, y esos compromisos hay que cumplirlos. Arento es un valor seguro y de futuro cuando todos trabajamos por el mismo fin.

-¿Qué logros se han conseguido en el último año?

-La reestructuración financiera era un hito importantísimo, que se cerró con un acuerdo marco el 26 de julio de 2018, firmado por el 89,1% de la deuda bancaria. Nos hemos ajustado todo lo que hemos podido, reduciendo gastos generales por importe de 1,5 millones, lo cual es una cifra importante, que incluye un ajuste de plantilla de 25 personas. Hemos puesto orden interno y estamos trabajando de la mano de nuestros clientes y proveedores para que el proyecto sea un proyecto sólido a largo plazo. También se ha trabajado por crear una organización más flexible, operativa y orientada al socio y a clientes, dos de nuestras razones de ser. Ahora todo el mundo sabe que los estatutos se tienen que cumplir, y en eso seremos inflexibles.

-¿Cuánto tiempo costará alcanzar velocidad de crucero o llegar a una situación de estabilidad?

-En algunas líneas de negocio estamos en cifras muy buenas, y en otras aún nos falta. La confianza la vamos recuperando poco a poco, pero no podemos perder ni un solo día. Pocos daban por que en este periodo y por nuestros medios íbamos a recuperarnos tan pronto. Hay mucho esfuerzo y un equipo detrás. Estamos tomando las decisiones que nos llevan en la buena dirección».

-Algunas cooperativas han salido del grupo, pero otras se mantienen ¿Prevé recuperar estas fugas en el corto o medio plazo?

-El objetivo, el sueño, es poder poner encima de la mesa un proyecto en el que también se sientan cómodas esas cooperativas. Pero no solo por las tres cerealistas de cierto peso que no han seguido, queremos que sea atractivo incluso para las que no estaban en Arento. Se está haciendo todo lo posible y han pasado solo 15 meses, pero creo honestamente que más no hemos podido hacer. También deberíamos reflexionar si es más importante el número o el compromiso, consiguen más 4 personas empujando en la misma dirección que 50 empujando cada una para un lado diferente. Debemos de plantear un proyecto ilusionante e intentar agrupar y atraer a las cooperativas que han podido salir durante este tiempo o en otros.

-¿Cuál es la hoja de ruta del grupo para los próximos años desde el punto de vista orgánico y de comercialización de producto?

-Tenemos que simplificar societariamente el grupo. Es necesario además seguir profesionalizando la gestión y estamos centrados en sentar unas bases sólidas para crear el proyecto que los socios necesitamos. Querer avanzar sin tener unos buenos cimientos nos puede hacer repetir errores. Empezamos a tener claro qué no hacer y esta es la mejor manera de encontrar nuestra verdadera hoja de ruta. Además, si estamos en el sector agroalimentario debemos ser todos consciente de la apuesta por la calidad en toda la cadena, empezando por el agricultor de la cooperativa de primer grado. Desde el origen hasta el consumidor, somos fabricantes de alimentos.

-¿Cómo ha cerrado el año el grupo y qué expectativas hay para el 2019?

-Ha sido un año de transición tal y como estaba previsto, con gastos extraordinarios importantes derivados de los ajustes y de la reestructuración. En el 2019 de momento se ha recuperado la actividad previa a enero de 2018 y debería ser un ejercicio mucho mejor.

-¿Qué áreas se han potenciado y cuál va a ser el núcleo duro del negocio a partir de ahora?

-Tenemos que centrarnos en los negocios en los que Arento es fuerte por volumen, como la venta de carburantes y fertilizantes, el trading de cereal y almendra, y negocios industriales (transformación del cereal e industria cárnica). Es decir, en aquellos en los que podemos aportar un valor añadido a nuestros socios. En otras líneas, como los fitosanitarios o las semillas, no tenemos ahora mismo un volumen suficiente y ya se está trabajando en soluciones.

-Se han realizado distintas desinversiones y algunas inversiones desde su nombramiento. Me las puede detallar?

-Han sido decisiones que tal vez se tenían que haber tomado con anterioridad, y otras se han tomado para centrarnos en nuestros negocios y mejorar nuestra situación financiera. Se han vendido el silo de Zuera, la participación en Ars Alendi, en Zufrisa y en Cexcar. Además, se ha revertido al FEGA los silos de Luna y Used y se han liquidado dos empresas que no tenían actividad (Consorcio de frutos secos y Altoma)

-¿Cómo se encuentran las relaciones con el Gobierno de Aragón tras su negativa a conceder el aval a Arento?

-Mantengo una buena relación personal incluso con el presidente del Gobierno de Aragón. Para Aragón es bueno que se consolide el proyecto de Arento, porque es positivo para el medio rural, para el empleo en nuestra comunidad, para las entidades financieras locales y para todo el mundo. Y como es bueno para Aragón, no tengo ninguna duda de que el Gobierno de Aragon nos apoya y nos apoyará, como pasa en todas las comunidades. Es verdad que con el aval se generó cierta polémica, pero nosotros debemos seguir trabajando, y superar las dificultades que se presentan. En Aragón tenemos un problema de despoblación y entiendo que nuestra administración tiene menos recursos que otras que además cuentan con regímenes fiscales especiales. Por eso es importante estar unidos y trabajar de forma coordinada, ya que si lo hacemos así seguro será bueno para Aragón.