No es ninguna novedad que el aire del Pirineo es muy puro. Por eso no puede sorprender mucho que El Pueyo de Araguás, en el Sobrarbe, sea uno de los 100 pueblos con el aire más limpio del mundo, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El organismo internacional partía de que el límite se sitúa, en dos mediciones distintas, en 10 y en 20 microgramos por metro cúbico de polvo en suspensión (PM). Pero en El Pueyo, que está a unos 700 metros de altitud, los valores correspondientes son de solo 4 y 7 microgramos.

«Aquí vivimos de actividades como la agricultura, la ganadería y el turismo rural, que no generan contaminación», señaló ayer Jesús Buetas, alcalde de la localidad, que está situada en la base de Peña Montañesa, en el Prepirineo.

El medidor del estado del aire (CO2) está situado en una estación meteorológica ubicada en la aldea de Torrelisa, a más de 800 metros de altitud.

El Pueyo de Araguás se compone de diez pequeños núcleos que se reparten en 63 kilómetros cuadrados, pero solo tiene 150 habitantes, en su mayoría personas de avanzada edad.

«El problema es que, con un presupuesto anual de 300.000 euros, tenemos que arreglarnos para prestar servicios a todas las aldeas del municipio, ya sea agua, luz y alcantarillado», subrayó Buetas.

Además, el término posee 50 kilómetros de carreteras y también debe mantener las calles de los distintos pueblos. Un reto vital, pues el turismo constituye una fuente importante de ingresos y todo debe estar bien cuidado para atraer visitantes.

«Se siente que aquí el aire es puro», manifestó un vecino del municipio, que vive en Zaragoza y visita con frecuencia su localidad natal. «En la zona donde está el medidor no hay nada, ni siquiera ganado, no es extraño que el aire dé un nivel tan alto de pureza», subrayó.

Ahora, la localidad anda empeñada en recuperar los senderos que unían todas las aldeas, con el fin de promocionarlas para la práctica del senderismo y la bicicleta de montaña. «Cuesta bastante dinero, pero poco a poco se va haciendo lo que se puede», explicó el alcalde. Con sus atractivos naturales, más la fama que le acarree la limpieza de su aire, el futuro sonríe a El Pueyo de Araguás.