«La municipalización está de moda porque ha sido una lanza del cambio». Esta fue una de las afirmaciones que se escucharon ayer durante las jornadas La gestión de los servicios públicos municipales que se celebran en Zaragoza. El alcalde, Pedro Santisteve, se rodeó de varios regidores y concejales de izquierdas -el PP declinó la invitación-- para inaugurar una mesa redonda en la que se concluyeron dos cosas: que el Estado central «demoniza» lo público en beneficio de lo privado dificultando cualquier proceso de internalización y encorsetando su gestión diaria y que se trata de una cuestión política, que no dogmática.

Santisteve se encargó de moderar la ponencia bajo el título La municipalización de la gestión de los servicios públicos, una política transversal y de romper el hielo acusando al Gobierno de Mariano Rajoy de considerar a los ayuntamientos como «los patitos feos» en materia de financiación «por las durísimas condiciones en el gasto o en la tasa de reposición.

Para el alcalde de Huesca (PSOE), Luis Felipe, el problema se basa en un error de concepto del PP, que cree que el ciudadano es un «cliente», en lugar de creer que la satisfacción de sus necesidades «es un derecho».

Los varios informes que se requieren para impulsar un proceso de internalización no son suficientes. Según la concejala delegada de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Valladolid (PSOE), María Sánchez, para externalizar un servicio se pide mucho más que para privatizarlo. Hay que demostrar, señaló, que el servicio será más eficiente, se mejorará su calidad y se mantendrá la plantilla, en definitiva, «hay que resolver unas serie de obstáculos que a la inversa no sucede».

El alcalde de La Coruña (Marea Atlántica), Xulio Ferreiro, centró su discurso en los beneficios de las empresas y que podrían ser reinvertidos en la propia ciudad.

En este sentido, el concejal delegado de Economía y Hacienda de Madrid (Ahora Madrid), Carlos Sánchez, expuso que es este «beneficio industrial» el principal motivo de los impedimentos para municipalizar. «Las empresas se juegan algo más, se juegan los garbanzos -en referencia al rédito que obtienen- y por eso se producen tantas presiones».

Aun así, hizo un llamamiento a utilizar los mecanismos existentes para limitar y controlar a las grandes empresas: los pliegos de condiciones y las nuevas cláusulas. Ferreiro matizó que, en este sentido, se enfrentan a la capacidad de adaptabilidad de las compañías.

También quedó descartado minimizar en el tiempo el periodo de gestión porque, en casos de servicios que requieren de una gran inversión económica, si se acortar las empresas no se presentaría, puntualizó Sánchez. El concejal de Presidencia, Agua y Energía de Barcelona (Barcelona en Común), Eloi Badia, resumió las intenciones del PP explicando que, cuando llegaron al Gobierno había 250 servicios externalizados. Salvo Zaragoza, el resto de ciudades ya han iniciado y conseguido varios procesos de municipalización.