El valle francés de Lourdes se opone a la construcción del túnel ferroviario a través del Pirineo Central. Diversos ayuntamientos de esa comarca del sur de Francia han mostrado ya su rechazo a que el macrotúnel que unirá España y Francia por Aragón desemboque en este valle, ya que, a su juicio, va a conllevar contaminación acústica e impacto medioambiental.

Numerosos alcaldes de la zona estudian movilizarse el próximo día 7 de diciembre en la cumbre hispano-francesa de Zaragoza, durante la que con toda probabilidad se dará un fuerte impulso a la travesía ferroviaria del Pirineo central (conocida en Aragón como proyecto del Vignemale). De hecho, el Gobierno aragonés confía en que la cumbre bilateral servirá para desbloquear definitivamente este macroproyecto de comunicación transfronteriza que cuenta con el respaldo de la Comisión Europea, pero que se ha topado hasta ahora con la actitud tibia, cuando no de rechazo, de las autoridades del país vecino.

Según informó ayer Televisión Española en Aragón, los comercios de varios municipios de ese valle galo están empapelados de carteles contra el túnel de baja cota de 41,7 kilómetros, que unirá Biescas y Pierrefite-Nestalas, según el estudio del posible itinerario propuesto desde el Gobierno de Aragón. No obstante, aún no hay una propuesta oficial de trayecto, cuyo diseño ha sido asumido por la Comisión Europea. El coste total de la infraestructura básica podría alcanzar los 5.000 millones de euros, según los cálculos oficiales.

REAPERTURA DEL CANFRANC Precisamente, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, ha anunciado que aprovechará la presencia en la capital aragonesa de los máximos responsables de los dos países para reclamar que se retome el consenso para que la reapertura de la línea ferroviaria entre Canfranc y Pau sea una realidad inmediata.

El martes, el ayuntamiento de la capital aragonesa fue escenario de una reunión de representantes de dieciocho municipios aragoneses y de siete franceses afectadas por el cierre de la línea férrea, al término de la cual se firmó una declaración en la que se reivindica la reapertura del paso ferroviario para impulsar el desarrollo de la zona y la preservación del Pirineo. En la cumbre de hace un año en Carcassonne, los Gobiernos de ambos países decidieron congelar el compromiso de poner en marcha la línea en el 2006. En aquella reunión, se evidenció que las estimaciones actuales del coste de recuperar toda la línea Zaragoza-Canfranc-Pau es de 842 millones de euros, de los que 542 millones se gastarían en suelo español.

Los alcaldes afectados por el cierre del Canfranc pedirán a los Gobiernos de España y Francia que recuperen el acuerdo alcanzado en las cumbres de Santander y Perpignan y decidan abordar, de forma inmediata, la reapertura.