Seis meses ha durado la aventura de Pilar Alegría como líder de la oposición socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza. Una llamada de un alto cargo de la Secretaría de Organización de Ferraz, sede de la dirección nacional, a la dirigente aragonesa y a los responsables del partido en la comunidad autónoma la ratificó como delegada del Gobierno de Aragón, sustituyendo a la actual, Carmen Sánchez. Si bien aún no es oficial, este martes será designada en el Consejo de Ministros.

El anuncio provoca una nueva convulsión interna en los socialistas aragoneses y confirma un secreto a voces: que Alegría estaba incómoda en su papel como portavoz de la oposición tras perder la alcaldía por apenas 300 votos y que el PSOE nacional busca dar un perfil más político que institucional a las delegaciones del Gobierno, a pesar de que estas siempre han tenido un perfil discreto y sin papel orgánico.

La decisión de Ferraz y Alegría deja numerosas lecturas e imprevisibles consecuencias a diversos niveles, a un año y medio de que el PSOE aragonés celebre su congreso de elección de secretario general y con tres por delante de dura oposición en el Ayuntamiento de Zaragoza, que ahora queda sin su cabeza visible y con todo el equipo que Alegría intentó introducir en el consistorio (en contra de los criterios de la dirección autonómica) desdibujado y sin su principal valedora.

Además, genera un nuevo terremoto interno y reabre las heridas en el PSOE aragonés, que si bien nunca se cerraron del todo, quedaron cauterizadas por el dominio absoluto de Javier Lambán en el partido, una vez cerradas las disensiones con el PSOE de Huesca y con un generoso reparto de cargos orgánicos e institucionales que acalló cualquier voz crítica en Aragón. Ayer el malestar era evidente en numerosos cargos autonómicos y provinciales del partido. La decisión de Pedro Sánchez, que busca un contrapeso en Aragón al poder de Javier Lambán, convulsiona al partido. Y si bien Alegría no tiene en sus intenciones mantener un pulso con el presidente del Gobierno aragonés, le tocará lidiar un complejo papel en las relaciones entre este y el Gobierno central. Hay ejemplos cercanos, como el actual contencioso por la liquidación del IVA del 2017, las manifiestas diferencias de enfoque en la gestión del conflicto en Cataluña o, los que se pueden dar en el caso de que los próximos Presupuestos Generales del Estado no sean óptimos para los intereses de la comunidad autónoma y se pueda dar, como es previsible, una crítica encendida desde el Gobierno de Aragón y tengan que ser defendidos por la delegada del Gobierno, en este caso Pilar Alegría.

Ferraz sorprende designando a Pilar Alegría, quien ejerció un papel decisivo como opositora a Sánchez en el comité federal del 1 de octubre del 2016 que acabó con la dimisión de este, y fue la portavoz de Susana Díaz en la dura campaña de primarias que perdió la andaluza en el 2017.

Con Sánchez como secretario general del PSOE y Alegría una de las cabezas visibles del Gobierno de Lambán y de su equipo, ya que fue secretaria de organización, esta volvió a dar un quiebro en su trayectoria política (previamente había sido diputada en el Congreso en la etapa de Marcelino Iglesias) y emprendió su carrera a la Alcaldía de Zaragoza. Aunque contaba con el apoyo de Lambán, la relación entre ambos y el secretario provincial Juan Antonio Sánchez Quero se agrió cuando esta quiso poner en la candidatura municipal a personas próximas y no la lista dictada por los órganos del partido.

La apuesta de Ferraz también ha causado desconcierto y sorpresa en las bases sanchistas en Aragón, ya que consideran que había otras personas más afines a las que se les ha dado la espalda en el territorio. Habrá que esperar a ver cómo encaja la organización este movimiento.

Quien paga esta jugada táctica es la hasta ahora delegada, Carmen Sánchez, que a pesar de haber realizado un correcto trabajo y mantener un riguroso perfil institucional, era de las pocas delegadas del Gobierno que durante este año y medio no habían sido designadas por Ferraz y sí apoyadas por la dirección autonómica. Y en un partido que en estos momentos está férreamente controlado por su secretario general y su hombre de confianza Iván Redondo, esto era una anomalía.

Malestar en el PSOE aragonés

La mejor muestra de lo mal que ha sentado en el propio secretario general aragonés este relevo es el tuit que ayer escribió para alabar el trabajo desempeñado por Carmen Sánchez y mostrarle todo el afecto del partido. Ni una palabra de felicitación para la nueva delegada. Y como la política crea extraños compañeros de viaje, quien en su día se enfrentó a Pilar Alegría y Javier Lambán en las primarias por encabezar la candidatura socialista al Ayuntamiento, Florencio García Madrigal (hoy rehabilitado por Lambán con la creación de un comisionado ad hoc) salió en defensa de la delegada saliente. También lo hizo Lola Campos, que quedó fuera de las listas de Alegría al ayuntamiento y que también ha sido recuperada por Pérez Anadón como asesora. Pérez Anadón a su vez retoma el control del grupo municipal con quien a partir de ahora -aunque ya lo venía haciendo tras el bajo perfil de Alegría- será uno de los hombres fuertes, Horacio Royo.

Fuentes cercanas a la dirección autonómica mostraron su decepción tras la noticia e indicaron que la designación de Alegría, a un año y medio de la celebración de un congreso regional, la invalidan como posible candidata, ya que según consideran ellos, en Aragón nunca se ha empleado el puesto de delegado del gobierno para hacer carrera política.