La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón alertó ayer del aumento del consumo de hipnosedantes sin receta entre los jóvenes de la comunidad, donde un 6,6% de los estudiantes aragoneses de 14 a 18 años afirma haberlos tomado alguna vez en la vida y un 4,7% lo ha hecho en el último año. «Estamos hablando de chicos y chicas que acceden a estos fármacos a través de los adultos (principalmente sus padres) y sin que su toma sea aconsejada por un profesional», dijo ayer Francisco Javier Falo, director general de Salud Pública.

«Estaremos vigilantes a esta situación tanto desde las administraciones sanitarias como desde las entidades sociales. Frente a otras sustancias que se han reducido o consolidado, esta situación nos preocupa porque estamos bastante lejos de una situación positiva», añadió.

Los hipnosedantes, que son la quinta sustancia más consumida, se identifican con tranquilizantes (medicamentos para calmar los nervios o la ansiedad) y con somníferos (fármacos para dormir).

Su toma sin receta se produce por primera vez a los 14,3 años en Aragón, una cifra ligeramente superior a la media nacional. Por sexo, son las mujeres (5,7% de aragonesas y 6,7% de españolas) quienes más utilizan este tipo de sustancias (frente al 3,8% de chicos en la comunidad y al 4,1% en España), mientras que por edad la toma de hipnosedantes sin receta de aragoneses «aumenta al incrementarse la edad», según esgrime el estudio.

Así, a los 15 años se alcanza el valor mínimo (3,4%), que aumenta hasta el 5,8% de los 18 años. Sin embargo, a partir de la mayoría de se reduce ligeramente el consumo (baja nuevamente al 5%). A nivel nacional, el incremento «es constante» pasando del 3,5% de los 14 años al 8,2% de los 18 años.

Respecto al consumo con receta, el 14,7% de los estudiantes afirma haber tomado este tipo de sustancias alguna vez en la vida y, en el último año, la cifra es del 9,9%. En términos generales, los datos de Aragón están por debajo de la media nacional.

Por otro lado, el documento de la encuesta precisa que el consumo de sustancias como valeriana, dormidina o melatonina «no se deben tener en cuenta como hipnosedantes», por lo que solo analiza situaciones de sonmiferos o tranquilizantes que, mayormente, requieren receta.