Con la restauración de la Estación del Norte se generaron expectativas que poco a poco se han ido cumpliendo o diluyendo. Así, se ha aprobado la construcción de un centro de tiempo libre y el traslado de la Junta Municipal del Rabal y del centro de tiempo libre del Tío Jorge. En el camino quedaron la nueva ludoteca y la unificación de las dependencias municipales de Participación Ciudadana. Este último uso enfrentó a los vecinos, puesto que algunos de ellos se negaron rotundamente a convertir la antigua terminal ferroviaria en un edificio de oficinas. Los ciudadanos ya se han mostrado recelosos sobre la utilidad que se dará a los locales que queden vacíos. Quieren equipamientos, no que se trasladen los servicios que ya se prestan.