Arropado por sus dos compañeros de filas, Jesús Guerrero y Esther Peirat, el vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, regresó este jueves a las Cortes de Aragón para comparecer a petición de Ciudadanos e informar sobre las medidas de su consejería para hacer frente a la crisis económica derivada del coronavirus. Un regreso simbólico porque el vicepresidente retomó la actividad de forma telemática el 19 de febrero, tras ser operado.

Sin saludos efusivos --el covid no lo permite--, Aliaga entró en el hemiciclo agradeciendo el apoyo con las manos entrelazadas. Unos y otros se le fueron acercando para darle la bienvenida de nuevo «a su casa», como dijo el portavoz de su grupo, Jesús Guerrero. Una jornada especial después de un año complicado en la salud para Aliaga, que en estas fechas del 2020, estaba ingresado por coronavirus. Este jueves llevaba más de dos meses sin participar en ninguna sesión presencial.

Sobre el contenido, pocas novedades dejó el líder del PAR. Recordó que el departamento ha gestionado «50.000 expedientes» de las distintas convocatorias de ayudas, y que el montante de todas ellas asciende a 70 millones. La parlamentaria de Cs, Jara Bernués, le insistió sobre los planes del Ejecutivo con los anunciados bonos turísticos. Y ahí, dio Aliaga un titular: «Para los bonos turísticos vamos a esperar a ver cómo evoluciona la pandemia».

En su último turno de réplica, reconoció a todos los grupos «que me han perdonado la vida en estos dos meses de arresto domiciliario, al PP, a Vox, a Izquierda Unida... Y ya siento no que no esté el portavoz de Cs, que me hace comparecer y me hubiera gustado explicárselo a él», expresó. Desde el partido liberal apuntaron después que «bastaba con que compareciera cualquier miembro del Gobierno», aunque el gesto de Aliaga, dijo su portavoz, Daniel Pérez, «le honra». La vuelta al ruedo.