En La Almozara queda muy poco de lo que un día fue, un barrio industrial. Alguna vivienda de la época y la costumbre de muchos de seguir llamando a esta distrito zaragozano La Química. Pegado al Ebro y rodeado de nuevas edificaciones de alturas impropias para compartir calle con edificios de cuatro pisos, sus vecinos tienen relativamente cubiertas sus necesidades y pocas son las peticiones que cuelgan en las asociaciones vecinales, muchas sin actividad después de años de reivindicación

Una de las que más peso mantiene a día de hoy es la Asociación Vecinal Río Ebro, cuya máxima pelea ha sido históricamente la descontaminación de los suelos. Tarea ardua para la que admiten sería necesario un plan director de descontaminación a largo plazo, «40 ó 50 años para retirar todos los restos contaminantes que hay bajo el asfalto en esta pastilla industrial». «Lo que se hace ahora es cubrir los terrenos en los que se detectan residuos. De esta manera se parchea el problema porque no se soluciona pero el ciudadano tampoco queda expuesto», explica Óscar Pueyo, de la asociación vecinal.

En la anterior legislatura, con Zaragoza en Común (ZeC) al frente de la Alcaldía, se inició un estudio al respeto «del que nunca supimos nada», matiza. «Somos conscientes de que esto no se va a resolver en una legislatura, que es cuestión de años, pero hay que empezar a medir la peligrosidad», insiste.

La última que se visibilizó este problema de forma notable fue al inicio de la construcción del edificio de la plaza Europa. De hecho, las obras se paralizaron temporalmente, pena de los vecinos que llegaron a pensar que se suspendería esta construcción que alcanzará las 20 alturas.

«No se puede construir un edificio así en una manzana con viviendas de cuatro alturas contiguas. Además de que visualmente no es bonito porque se encuentra en la ribera del río, va a dejar sin luz a esas casas», criticó. Además, según Pueyo, que se vaya a construir un garaje subterráneo de varias plantas va a ocasionar otro problema añadido, y es que se eliminará espacio para que el Ebro, cuando aumente su caudal, pueda utilizar también esta zona inundable para expandir sus aguas. «La consecuencia directa será que las calles colindantes sufrirán con más virulencia las crecidas», asegura.

En el oeste del barrio, junto a la Estación Delicias, también asoman ya las nuevas y modernas construcciones. La Asociación de Vecinos Río de Aragón alerta de que la población del barrio crecerá sin que suceda lo mismo y de forma proporcional con la oferta de servicios públicos. «Lo que acabará pasando es que el ambulatorio se desbordará», aventuró Pueyo.

Con y sin piscina

La Almozara es el único barrio de la ciudad con tres piscinas, pero ninguna de ellas es de titularidad municipal. Ahora parece que el equipo de Gobierno de PP-Cs quiere acabar con esta carencia y esta previsto que este año se redacte el proyecto de unas instalaciones públicas que, por otro lado, solo verían la luz en el caso de que llegase financiación privada. Por eso los vecinos reclaman que el Parque Deportivo Ebro, que es de la DGA, se reforme y se abra para su uso y disfrute.

La movilidad no es un problema a día de hoy en el distrito, aseguran desde las entidades, pero sí el aparcamiento, que es un quebradero de cabeza. Por eso genera tanto malestar que el párking que se acaba de construir junto al palacio de La Aljafería limite su uso, dando prioridad a los diputados de las Cortes. «No tiene sentido que nosotros, que vivimos aquí, estemos rato y rato dando vueltas cuando hay un aparcamiento con plazas libres», critica Calixto Ontiñana, de la Asociación Palacio de La Aljafería. La decisión de Movilidad de crear zonas de estacionamiento regulado tampoco ha sido bien recibido. Los afectados consideran que se trata de «un impuesto encubierto» que quiere imponer el Gobierno de PP-Cs por aparcar.

Por último, otra de las reivindicaciones que salen a relucir en el distrito tiene que ver con las conexiones del barrio hacía la avenida Soria, tanto en coche como andando. Además, reclaman que se adecue la zona verde que separa el barrio de este vial en el que están surgiendo las nuevas edificaciones y donde el edificio Etopia a veces muestra su peor cara, con suciedad acumulada por sus rincones. Consecuencias de vivir en medio de una desértica zona que, en teoría, tendría que ser un gran parque verde.