Tres pasajeros ebrios que viajaban en un vehículo de la compañía Autobuses Jiménez provocaron ayer un retraso de más de hora y media en el trayecto de Zaragoza a Murcia, tras causar varios altercados en el interior del vehículo.

Como consecuencia de las quejas de una pasajera que viajaba en la parte trasera del vehículo, el conductor del bus decidió interrumpir la ruta y parar en la estación de Teruel, donde unos agentes del Cuerpo Nacional de Policía se trasladaron para garantizar la seguridad en el bus. Tras reestablecer el orden y prohibir a los tres hombres que pudieran subir al autobús el vehículo continuó la marcha rumbo a Valencia. Ninguno de ellos fue detenido por provocar estos desórdenes.

Según algunos pasajeros, el chófer del bus explicó que estas tres personas son presos y que tenía obligación de recoger. Sin embargo, varios de ellos dijeron que no aceptaban dicha actitud y que o eran expulsados o se bajaban ellos. Se habían subido en la parada de Calamocha.