El Gobierno de Aragón ya ha empezado a recibir expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) como consecuencia de la crisis del coronavirus. El número de trabajadores afectados por este tipo de ajustes laborales, cuyas condiciones ha flexibilizado el Gobierno central ante la situación excepcional que se ha generado, alcanzará en las próximas semanas proporciones bíblicas. La aplicación de esta herramienta va a ser casi total en sectores como el comercio, la hostelería o el turismo, que se han visto obligados a cerrar por decreto como medida para frenar la propagación de la enfermedad, pero también de forma muy generalizada en la industria, donde cada vez más empresas están optando por cesar su actividad mientras dure la restricciones de movimiento.

Como era de esperar, la mayoría de las empresas auxiliares del automóvil asentadas en la comunidad decidieron ayer parar su producción siguiendo la estela marcada por el grupo PSA y otras grandes matrices automovilísticas presentes en España. Con todo, las hay que mantienen su actividad como Mann Hummel, Valeo o Dana.

En el conjunto del sector industrial, la lista de empresas que han optado por interrumpir su producción se amplió ayer de forma importante. A Pikolín y CAF, que decidieron tomar esta medida el lunes, se han unido otras grandes firmas como Yudigar, Electrónica Cerler, Taim o Cobra. Otras muchas han iniciado la negociación de un ERTE y se unirán al parada industrial en los próximos días.

BSH PARA TRES DÍAS

Aunque el decreto de estado de alarma no especifica medidas de contención ni cese de actividad en las empresas que no estén abiertas al público, la presión de los trabajadores y algunos comités de empresa está forzando a parar a buena parte de la industria. Un ejemplo de ello es lo ocurrido ayer en la planta de Montañana de BSH, donde hubo un plante de los empleados que hizo que se detuviera la producción.

Tras reunirse con el comité, el fabricante de electrodomésticos decidió finalmente suspender tres días su actividad, pero la reanudará el próximo lunes. La empresa aprovechará este paréntesis para redoblar las medidas de seguridad e higiene. Sobre la posibilidad de hacer un ERTE, la compañía recalcó que no cumple con las condiciones marcadas por el Gobierno para aplicarlo.

Otras de las empresas donde es patente el malestar de la plantilla por no cesar la producción es Schindler, cuya fábrica además cerrará en los próximos meses por el traslado de la producción a Eslovaquia. «Vivimos una situación absurda. La empresa está obsesionada en no parar aunque nuestra producción no sea imprescindible en estos momentos», explicaron fuentes de la plantilla, donde existe cabreo y preocupación. Más aún tras conocerse que dos trabajadores están de baja con fiebre, aunque por ahora no se ha confirmado que sea por coronavirus. H